Fragancias.

Capítulo 24

—Debió ser una gran caída —decía Maika, viendo a Ezra incrédulamente.

—Ja ja, si lo fue —respondía con una risa nerviosa.

—Sabes que sé que estás mintiendo ¿cierto? —la sonrisa que antes habitaba la cara del beta había desaparecido —¿acaso fue Luka? Maldito sabía que no debías confiar

—¡Te equivocas! Él no me ha lastimado, sino todo lo contrario —la exaltación en la voz del beta comenzaba a disminuir con cada palabra.

—Entonces explícame ¿qué rayos pasó?

—Resbalé —declaraba mirando al piso.

—Ezra... acaso... ¿Ha vuelto a molestarte? ¿Te ha comenzado a contactar de nuevo? —la voz de Maika demostraba preocupación cayendo en el miedo —¡Ezra!

—¿Qué sucede? —preguntaba Damián al llegar y observar a Maika alterado, por su parte el beta movía la cabeza disimuladamente en forma de negación mientras veía al omega.

—No es nada... será mejor que me retire necesito hablar con el entrenador antes de las prácticas —proclamaba Ezra mientras se levantaba y comenzaba alejarse de ahí.

—¿A dónde vas con tanta prisa? —la voz de Luka había hecho que el beta subiera la cabeza, por un instante luchó contra su instinto que le exigía que se detuviera —¿Ezra?

—Ahora no —decía a la par que seguía de largo y evadía de nuevo la mirada del alfa.

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—Y bien joven Nolan, sobre que asunto quería hablarme.

—Entrenador, solo necesitaba informarle que desde el día de hoy... no seré más parte del equipo de arquería.

—¿Estás seguro de ello?, eres un miembro bastante fuerte.

—Si... muchas gracias. Agradecería que no comentara de mi decisión a mis compañeros, al menos no en unos días.

—Muy bien muchacho, espero todo este bien y muchas gracias por la dedicación que le diste al equipo.

Las palabras del entrenador habían conseguido sacar una sonrisa agridulce, mientras que salía de aquella sala sentía una tristeza. Había logrado ser un buen elemento de su equipo, a pesar de ser un beta.

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—En verdad gracias por la ropa Caleb.

—No hay cuidado, disculpa que no tuviera algo más pequeño.

—Bromeas, me has ayudado mucho. Solo es cuestión de doblar un poco las mangas y usar cinturón—respondía Ezra.

—¿En verdad renunciaste a tus actividades de club? Pregunto por qué has llegado estos días temprano —el beta se quedó callado unos segundos.

—Es lo mejor, necesito juntar dinero y trabajar horas extras es la manera más rápido de lograrlo.

—Ezra, puedes venir —proclamaba el dueño del bar al tiempo que se dirigía a su oficina.

—Claro.

Al beta le parecía algo extraño que necesitara hablar con él, pues los empleados realizaban el mismo trabajo todos los días, por tal razón solamente había necesidad de juntas grupales una vez al mes, pero no de reuniones individuales.

—Toma asiento y cierra la puerta por favor. He visto que estos últimos tres días has estado trabajando doble turno.

—Sí, estoy tratando de ahorrar dinero lo más pronto posible.

—Perfecto entonces esta noticia te alegrará demasiado —aunque no entendía del todo el fin de aquellas palabras, el beta escuchaba con atención —has sido precisado para atender la suite diamante hoy.

—¿Yo? No me malinterprete, es únicamente que nunca he sido requerido para atender esa suite.

—Pues al parecer has causado una gran impresión, la persona que te solicitó fue muy específica. Además, ha pagado el doble para asegurar la suite y el hecho de que tú lo atiendas. Así que trata de hacer tu servicio lo más perfecto posible —Ezra asintió —puedes retirarte.