Capítulo 103

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El omega se encontraba tarareando inconscientemente canciones, su rostro vestía una sonrisa todo el tiempo desde que había sabido del embarazo. Estaba teniendo antojos constantes de comer panqueques para el desayuno acompañados de fresas, plátanos y bastante jarabe de maple.

—¿Qué haces aquí tan temprano? —cuestionaba con asombro a punto de tomar un bocado al ver llegar a Damián.

—¿Me compartirías un poco? —decía en forma de pregunta reclinándose sobre el omega, quien le dio de comer el bocado que sostenía en el tenedor. —Mmm delicioso, aunque —besó los labios cereza —prefiero esto.

—¿Sucedió algo?

—No, es solo que no pienso perderme ningún momento de este embarazo. Quiero disfrutar cada segundo de esto a tu lado, mi padre dirigió esta empresa por muchos años así que no tendrá ningún problema para suplirme algunos meses. Y yo por mi parte, pretendo gozar en demasía el tiempo que pasaré con mi pareja.

—... Te amo —declaró colocando su frente en la del alfa, cada acto de amor que Damián le demostraba hacía que Maika diera gracias al universo por ponerlo en su camino. Habían pasado momentos que estuvieron a punto de destruirlos y este siempre se mantuvo como su albergue entre aquellos tiempos de tempestad, por esa y muchas razones más lo amaba. Esta segunda oportunidad ponía en el horizonte el poder experimentar una nueva etapa en sus vidas, en la que ver a su alfa cargar en sus brazos a su pequeño era una de las cosas que más anhelaba.

—Joven Walker, llego temprano ¿quiere que le prepare algo de comer?

—Me encantaría, muchas gracias, Priya.

El desayuno había sido bastante ameno, Maika pidió dos pancakes más, pues al ver el plato del alfa su boca comenzó a hacerse agua. Se hallaban tranquilos luego de que la Dra. Carter revisó al omega y dictaminó que el embarazo iba muy bien. Tenía poco más de un mes, pero todos los exámenes mostraban que no había nada malo.

—Damián, ¿podríamos esperar para decirles a nuestra familia... por lo menos hasta que tenga 4 o 5 meses?

—Haremos lo que tú desees, de igual manera ellos entenderán y respetarán lo que sea que decidamos, así que no gastes energía pensando en eso. —acariciaba la melena caramelo que se encontraba sobre sus piernas. Los ojos dorados empezaban a cerrarse al sentir el toque del alfa.

—De acuerdo... sé que aún es pequeño, pero estoy seguro de que se siente feliz al saber que estarás aquí con nosotros cuidándonos todos los días... gracias —añadió antes de caer dormido.

Damián observó con detenimiento su alrededor, no pudo evitar imaginar a su pequeño caminando de la mano de su omega en aquel jardín. Ambos podrían enseñarle a nadar, de esa manera edificarían recuerdos felices en aquella alberca, los cuales reemplazarían la imagen inerte del omega que aún habitaba en su mente.

Una ligera brisa le hizo voltear por inercia hacia los tulipanes negros.

—¿Tú también nos extrañabas mucho, por eso has decidido volver a nuestras vidas?... pues no puedo esperar a darte la bienvenida, por el momento sé paciente y sé un buen niño, no le des muchos problemas a mamá.

Tomó a Maika en sus brazos con el fin de llevarlo adentro, disfrutaba los momentos en los cuales caía dormido y tenía la oportunidad de cargarlo, ya que este se oponía con firmeza si se encontraba despierto.

—Mmm perdón, me quedé —bostezó —dormido. —decía al sentir como lo depositaba en la cama.

—Es normal, además disfrute mucho verte dormir y aún más cargarte hasta aquí. Así que —declaraba besando la sien del omega. —hazlo más seguido. —el sonido de la risa de Maika era uno de sus sonidos favoritos.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora