Los ojos del beta continuaban inmersos viendo a los gemelos quienes se encontraban en la cuna portátil en su cama. Aún le parecía increíble que aquellos dos pequeños que se hallaban durmiendo plácidamente frente a él, habían estado hasta hace poco dentro suyo.
—Verte sentado a su lado, me parece algo irreal. Siento que estoy teniendo una alucinación. —declaraba el alfa arrodillándose a la orilla de la cama.
—Perdón, por hacerte esperar todo este tiempo. Sé que debió ser muy difícil para ti. Hubiera querido ser capaz de despertar antes. Te hice pasar un mal rato ¿cierto?
—Lo único que me importa es que estás aquí —declaraba mientras el beta acariciaba su mejilla. —y soy capaz de ver de nuevo esos hermosos ojos esmeralda. Te amo Ezra, muchas gracias por luchar contra todo por nuestra familia... y perdóname por favor.
No era la primera vez que el alfa se disculpaba desde que había despertado, pero sabía que, aunque le repitiera que todo estaba bien. Luka seguiría en su interior sintiendo esa culpa por más tiempo.
—Deja de culparte, me duele ver que estás sufriendo. Tan solo sigue amándome como siempre, quédate a mi lado para poder disfrutar de nuestra familia. Demos nuestro mayor esfuerzo para ser los mejores padres para este par de angelitos y llenarlos de amor.
—Tengo pensado hacerlo. —proclamaba con una pequeña sonrisa.
—Entonces tan solo bésame, Luka Pávlov —añadía halándolo hacia él con el fin de besar los labios durazno. El suave beso era interrumpido por los quejidos de los gemelos, quienes comenzaban a despertar de su siesta para su hora de comer.
Las pequeñas bocas se abrían buscando el biberón, llevaban sus puños a la boca un poco irritados debido al hambre.
—Traeré las mamilas.
—¿Tienen hambre? Parece que Maika siempre estuvo atento a sus horas de comida, ya que todo el tiempo despiertan a la misma hora, aguanten un poco, su papá ya viene. Si, ya viene, así que no lloren. —declaraba con una voz suave acariciando la mejilla del gemelo de melena naranja, quien estaba a punto de romper en llanto, pero al sentir el roce de los dedos del beta sobre su mejilla se había tranquilizado.
La cara de Ezra no dejaba de mostrar una enorme sonrisa al ver a sus gemelos. Sentir aquellas tersas mejillas, el agarre de sus pequeñas manos sobre sus dedos, la suavidad de sus cabelleras, tan perfectos que en verdad parecían un sueño.
—Listo, te ayudo —decía al ver como el beta intentaba cargar a uno de los pequeños. —Bien de esta manera es más fácil, yo tomaré a este, pues si uno de ellos no come al mismo tiempo que el otro comenzara a llorar. —añadía cargando al otro bebé entre sus brazos.
Ver como el alfa tomaba con delicadeza a aquel pequeño ser, confirmaba lo que él ya sabía. Luka no solo era el esposo perfecto, sino que sería de igual manera el mejor de los padres para esos pequeños.
—Así que aún no habías escogido un nombre.
—Vi cómo te esmeraste por hacer una lista, así que pensé que debías ser tú quien los eligiera.
—Creo que tengo los nombres perfectos para ellos.
—¿Me lo dirás?
—Jajaja no lo sé... —decía con tono juguetón. —Para esta hermosa pequeña —proclamaba acariciando la melena blanca. —Esfir —los ojos esmeralda de la nena se centraban en su madre. —si ese es tu nombre, ¿te gusta?
—Estoy seguro de que le encanta, a mí me parece hermoso.
—Y este pequeñín —declaraba tocando los pequeños pies del gemelo de melena naranja. —Liam. —miraba sonriendo aquellos luceros azules los cuales comenzaban a cerrarse de nuevo.
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Fragancias.
RandomMaika, es uno de los mejores miembros del club de esgrima aun siendo un omega recesivo, quien no puede evitar tener poca tolerancia a los alfas. De repente ve como su vida comienza a verse alterada por la presencia del nuevo alumno, Damián Walker un...