—¿Fue de agrado para tu madre y tu hermano la casa que elegimos?
—Ella no quería aceptar al inicio, pero después de explicarle un poco la situación accedió. Ambos estaban muy sorprendidos al verla, no paraban de alagar los detalles de esta, así que debo suponer que si lo fue —decía sonriendo el beta.
—Me alegra oír eso.
—... ¿Seguirán vigilándolos tus empleados? —tales palabras sorprendieron al alfa —Zyan me comentó, que había visto qué carros elegantes, con personas musculosas vestidas de negro se hallaban siempre cerca del hotel 24/7. Asumí que eran empleados tuyos, ya que estos aparecieron luego de que te dejara saber lo de aquella ocasión.
—No pretendía incomodar a tu familia, pero
—Lo entiendo, no te preocupes, sé que la razón por la que hay gente vigilándolos es porque quieres cuidar de ellos, me siento muy agradecido por todo lo que haces por mí, mi familia, por nuestra relación. Muchas gracias, Luka —declaraba depositando un tierno beso en los labios durazno.
—Verte feliz y tranquilo es lo que me importa —decía viendo directamente los luceros verdes, Ezra sonrió al oír esto.
—Lo sé, por eso y más te amo Luka. —se colocó arriba del alfa y comenzó a dejar un camino de besos, la frente, la punta de la nariz, y volvía nuevamente aquella boca.
Las manos del alfa empezaron a acariciar sus muslos, la mano derecha continuó su camino hasta la ondulada melena, entrelazando sus dedos en ella. Conforme estos seguían devorándose sin contención, el beta presionaba contra el miembro del alfa, notaba como este reaccionaba con rapidez.
Vertió lubricante en sus dedos con el fin de comenzar a preparar al beta.
—Aaagghhhh —gimió al sentir los dedos del alfa, abriéndose paso en su interior —Lukaaaa —exclamaba con excitación, dejando caer su cuerpo sobre el alfa. Los dedos gruesos de Luka continuaban relajando aquel estrecho orificio. Sabía que no podía dejar marcas de besos en el cuello del alfa, pues tendría reuniones importantes, pero deseaba dejar un rastro de él en aquel cuerpo. Mordió con fuerza aquella blanca clavícula.
—Ahhh rayos Ezra, debes de ser cuidadoso, no podre contenerme si sigues tentándome de esa manera —declaraba al sentir como el beta, luego de morderlo, pasaba con suavidad su tibia lengua por aquella área.
—Quierooooo, por favor aaaggghh rapidooo. —suplicaba acercando su boca de nuevo.
—Desearía poder sentir como tu cálido interior se aferra a mi pene, créeme que es algo que anhelo, pero —proclamaba presionando el punto g de Ezra, haciendo que este liberara un gemido profundo. —esta parte aún necesita dilatarse más, podría romperte si fuerzo mi camino en este hermoso lugar. Así que aguanta solo un poco más, ¿sí?
El beta asentía en medio de aquel placer, mostrando sus ojos llorosos. Devoraba con afán de nuevo la boca durazno, sin darse cuenta se hallaba moviendo sus caderas de arriba abajo, instintivamente deseaba dilatar su recto lo más pronto posible, anhelaba sentir más de esos dedos, más al fondo, deseaba sentir el miembro de Luka moldeándolo.
Le encantaba ver como la lujuria se apoderaba de aquel ser pelirrojo, como su rostro vestía un rojo profundo debido a la excitación. Admiraba como el beta tomaba con sus dos manos el miembro de ambos y comenzaba a masturbarlos. Ezra se sentía cada vez más cómodo, antes no hubiera sido capaz de hacer eso por iniciativa propia, pero ahora este se sentía tan complementado y seguro con su pareja que lo hacía sin pensarlo dos veces.
—Ummmm aaaghhhh.
—Parece que está listo —decía abriendo con sus cuatro dedos aquel orificio con delicadeza.
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Fragancias.
RastgeleMaika, es uno de los mejores miembros del club de esgrima aun siendo un omega recesivo, quien no puede evitar tener poca tolerancia a los alfas. De repente ve como su vida comienza a verse alterada por la presencia del nuevo alumno, Damián Walker un...