Capítulo 75

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—¿Estás seguro de querer regresar? Sabes que si necesitas quedarte más tiempo aquí puedes hacerlo.

—Si lo sé y les agradezco por todo, pero mamá me llamó, y me dejó saber que es muy probable que se separe de nuestro padre. En estos momentos ella se encuentra en un cuarto de hotel, decidió salirse de la casa después de lo sucedido.

Tal noticia había tomado por sorpresa al beta, sin embargo, no podía evitar sentirse alegre. El saber que su madre y su hermanito ya no tendrían que lidiar con los cambios de ánimo de su padre, le hacía estar más tranquilo. Quizás esa decisión había llegado algo tarde, pero al menos uno de ellos dos gozaría de no cargar tantos traumas familiares como lo había hecho él. Así mínimo su hermanito se encontraría mejor.

—Bien, si estás seguro entonces te llevaré cuando estés listo.

—... ¿Crees que podrías acompañarme por mi ropa a casa?

—Claro.

Los nervios se hacían presente, podía sentir como la ansiedad comenzaba a llenar su pecho. Sin embargo, no había manera en la que dejara que su hermano fuera solo, ya que siempre había estado para él. Desde su nacimiento, Ezra estuvo para su hermano y esta vez no sería la excepción, aun si eso significaba volver a estar frente a su padre. Esa persona que había dejado de leerle cuentos, para decirle de mil y una maneras lo decepcionado que estaba de él.

La casa de sus padres se hallaba en la ciudad continua, un viaje de más de una hora en carro. El pensar que Zyan había tenido que tomar un autobús de ida y vuelta todos esos días en los que lo estuvo buscando, hacía que la ansiedad que su pecho sentía minimizara.

—Es aquí.

Una casa de dos pisos color gris era la nueva residencia de la familia Nolan, era bastante diferente de la anterior.

—...Quizás tenía razón —murmuró el pelirrojo.

—¿Dijiste algo?

—No —"solo traes desgracias" "eres la perdición de la familia", ocultaba de su hermano todas aquellas frases que su padre le había dicho, y que aparecieron en su mente al ver la nueva casa. —Vamos, será mejor que entres. Te esperaré justo afuera de la puerta, de acuerdo.

—Sí, está bien.

—¡Zyan! ¡Regresaste! Sabía que no podías abandonar a nuestra familia. —los gritos con desesperación resonaban en aquellas paredes. —Tu madre se volvió loca y se largó, pero sé que al saber que regresaste, estará de vuelta pronto y te prometo que no me alteraré otra vez, ¡por favor perdóname!

Las súplicas de su padre seguían, su hermano se mantenía en silencio.

—¡Zyan no te vayas! ¡Por favor entre los dos podemos hacer que el nombre de nuestra familia sea relevante! ¡Por favor!

—Ya podemos irnos —había escuchado como la voz de su padre se iba acercando a la entrada, pero no pudo moverse de ahí. Le prometió a su hermano, que le estaría esperando justo afuera de esa puerta.

—¡Tú!, ¡tú tienes la culpa de esto! ¡No podías simplemente desaparecer de nuestras vidas! ¡Por ti estoy perdiendo a mi familia, maldito, no eres más que una maldita peste que solo trae infortunio a donde va!

—Padre yo no tuve nada

Paf

—¡Cierra ese maldito hocico! ¡Deberías de morirte para que así dejes de dañarnos! —el golpe que el alfa le había propinado fue tan fuerte, que le había roto el labio. Y aunque su mejilla se encontraba ardiendo, eran aquellas palabras, y la mirada de asco y odio con la que le veía su padre, lo que afectaban al beta.

—¡Basta, déjalo en paz! —Zyan saltó frente a Ezra con el fin de cubrirlo —¡No te atrevas a tocar a mi hermano! ¡Te lo advierto! —el reflejo violeta aparecía en aquellos ojos verdes. El beta notaba como este no dudaría en defenderlo a toda costa, incluso si eso significaba golpear a su progenitor.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora