Capítulo 52

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—Rayos —espetaba el omega tratando de peinar su cabello.

—No te estreses, te ves bien. Déjame ayudarte.

—No es necesario, abuela, yo puedo hacerlo.

—Lo sé, lo sé, solo déjame hacer esto, ¿está bien? —aun cuando no quería admitirlo, el tener a su abuela a su lado lo tranquilizaba, y en esos momentos era exactamente lo que necesitaba. Esas manos que habían estado para él desde su niñez una vez más le estaban brindando tranquilidad, y se sentía realmente agradecido por ello.

—Muchas gracias.

—No hay porque agradecer, extrañaba peinar esta hermosa cabellera. Solo necesito poner esto y voila, estás listo.

Unos pasadores delgados de oro recogían un poco de su cabellera del lado izquierdo... Los conocía, su madre solía usarlos en los eventos. Pequeños diamantes complementaban de manera sutil el dorado, no pudo evitar acariciarlos suavemente. Era como si, de alguna manera, su madre le acompañara y le hiciera saber que todo estaría bien, sintió como las lágrimas corrían por sus mejillas.

—Basta, no llores, arruinarás tu maquillaje —decía tomando la mano de su abuela.

—Tienes razón —declaraba con una sonrisa —Maika, estoy orgullosa de ti, has crecido para ser una persona hermosa, no solo por fuera sino por dentro también. Sé que tus padres se sentirían igual. Acompañé a tu padre cuando compró estos pasadores, quería regalarle algo especial a tu madre. Desde el momento en que la conoció, me dejó saber que ella sería su pareja, eso fue mucho antes de que sus feromonas despertaran. Estoy segura de que tu madre, estaría feliz de que ahora seas tú quien los porte.

Dzyn dzyn

—Parece que ha llegado tu transporte.

—No te preocupes lo harás perfecto —declaraba besando la cabellera de Maika.

Sin darse cuenta se encontraba inhalando profundamente con el fin de calmar sus nervios. Todo era inmaculado, perfecto, listo para albergar a los invitados. Se dispuso a revisar todo cautelosamente, agradecía que no hubiera nada fuera de su lugar. Sabía que los invitados arribarían pronto, y al ver su reflejo en uno de los pilares, no pudo evitar pensar en la expresión que el alfa tendría al verle.

—Debería de dejar de pensar en cosas como esa.

Los vestidos elegantes, trajes de lujo y joyas excéntricas se hacían presentes, entre los invitados que llegaban. Era imposible que sus ojos no lograran verlo. Damián se veía tan elegante, vestido de negro, en medio de toda esa multitud, percibía como los ojos grises, le veían fijamente, conforme avanzaba hacia él.

—He de confesar que valió la pena, cada minuto que he esperado para verte. Luces simplemente perfecto —proclamaba tomando la delicada mano del omega —todo en ti parece encajar de forma tan irreal, que por un momento pensé que estaba soñando —añadía besándolo en la mejilla.

—Es bueno saber que no te decepcionaste.

—¿Cómo podría ser siquiera esa una opción?

—... Yo tampoco —el alfa le miró con duda —yo tampoco me he decepcionado —proclamaba pasando sus dedos ligeramente sobre la solapa del saco.

—Damián —interrumpió una voz grave de golpe —¿no pretendes presentarnos? —aun cuando no eran una gota de agua, Maika era capaz de notar el parentesco. Arthur tenía una presencia fuerte y elegante, algo que se esperaba de un alfa dominante.

—Padre, creí que aún no habías arribado. Maika, Arthur es mi padre.

—He escuchado bastantes cosas buenas sobre ti.

—Encantado de conocerlo.

—El gusto es mío, tengo entendido que Lilian es tu abuela —el omega asintió —es una lástima que no haya podido asistir, los eventos que realiza siempre son impecables. Salúdala de mi parte.

—Gracias, mi abuela seguro estará feliz de oír eso.

Al ver los ojos dorados del omega, escenarios del pasado se hacían presentes en la mente de Arthur.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora