Capítulo 51

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—En verdad te veías hermoso, no estaba emocionado por el evento, pero ahora no puedo esperar a que llegue. Aunque no estoy seguro de querer que las demás personas sean capaces de deleitarse con tan magnífica vista —proclamaba enrollándole en sus brazos.

—Ja ja ja basta —decía entre risas mientras el alfa depositaba besos en su mejilla.

—¿Necesitas que vayamos algún otro lugar?

—No...

—¿Qué sucede?

—¿Te gustaría ver una película conmigo?

—Por supuesto, podemos revisar que opciones hay en cartelera.

—...Preferiría verla en casa.

—Toda película debe ir acompañada de palomitas. Te mostraré el mejor lugar.

El sitio se llamaba Red, se encontraba cerca del apartamento. Dejaba escapar el delicioso aroma de palomitas recién hechas. Había demasiadas opciones de sabor, mantequilla, acarameladas, cheddar, algodón de azúcar y muchos más sabores, unos más exóticos que otros.

—¿Elegiste?

—Vaya que tienen muchas opciones, pero mantequilla y acarameladas están bien. Creo que soy alguien aburrido a la hora de elegirlas jajaja.

—Personalmente también prefiero esos sabores —decía guiñando un ojo.

Aun la presentación en la que entregaban el pedido era elegante, una enorme cubeta rojo matte con un listón de seda del mismo color era el empaque que manejaban. Sabía que era un hecho que, al estar al lado de Luka, vería empaques, lugares, incluso personas más refinadas y elegantes a las que estaba acostumbrado. Y aunque eso le abrumaba, no pretendía alejarse del alfa y lo más importante, este estaría a su lado, brindándole la confianza y apoyándolo en cada paso del camino.

—Podías haberlas cerrado anoche —decía Ezra al ver como el alfa acababa de recorrer las cortinas por completo.

—Lo sé, pero quería que estuvieras cómodo, así que pensé, que la cama era la mejor opción —proclamaba avanzando hacia él —además habrá tiempo para crear recuerdos en cada rincón de este lugar —añadía susurrándole al oído.

—Me gustaría eso —decía con una voz baja completamente ruborizado —... la caja —tales palabras tomaron de sorpresa al alfa quien se encontraba por besar el terso cuello del beta.

—¿La caja?

—Sí —logró zafarse del agarre de Luka y dirigirse al paquete que se encontraba al final de la barra, dudó un instante, al recordar el rostro de Ian.

—Te encanta volverme loco, ¿cierto? —preguntaba el alfa, mientras tomaba a Ezra por la cintura depositando un beso en la parte posterior de su cuello. Quien al sentir esos labios obtuvo el empujón que necesitaba para remover el paquete de la bolsa.

—No puedo negar que lo disfruto jajaja, vamos ábrelo.

—Muy bien.

—Se que es algo pequeño, pero en verdad espero que te guste —no era lo hermoso de aquel vidrio iridiscente que lo cautivó, era el que esas esferas de pareja habían sido escogidas por la persona más importante para él. Quien se encontraba viéndole expectante con aquellos tiernos y cálidos ojos esmeralda —¿Qué te parecieron?

—Me encantaron —proclamaba besando al beta.

—Me alegro, te parece bien si las colgamos.

—Por supuesto.

Era como si aquellas esferas estuvieran hechas para estar en aquel árbol, encajaban a la perfección. El reflejo de las luces encendidas al atravesarlas parecía crear pequeños arcoíris alrededor de las mismas.

—Se ven mejor de lo que pensé.

—Todo lo que tú escojas encaja perfecto. Elige la película, traeré las palomitas.

Ambas palomitas en un enorme tazón, dos latas de té con limonada, una manta y la compañía de Ezra eran suficiente para hacer que el alfa sintiera que no necesitaba más que eso. Podían quitar todo a excepción del beta y para él sería más que suficiente, para sentirse completo.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora