Capítulo 59

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Maika podía sentir como el ritmo cardíaco era un poco más acelerado de lo habitual, trataba de calmarse, pero le resultaba inútil. Mordía levemente sus labios y se encontraba apretando sus manos sin darse cuenta.

—Sabes que estarán felices al conocer la existencia de nuestro bebé, ¿cierto? —decía acercándole por la cintura. El omega asintió —Así que no te preocupes —añadía depositando un beso en la coronilla caramelo, al tiempo que liberaba feromonas para calmar los nervios de Maika.

—¿Vendrá tu tía?

—Julie mandó mensaje, estaba molesta jajaja tuvo que realizar una cirugía de emergencia, y por tal razón no llegó a su cita de maquillaje, ni pudo ir a cambiarse. Así que si ves que está vistiendo jeans ya sabes la razón, me pidió que la disculparas.

—La entiendo completamente, no tiene de que preocuparse.

—Te ves perfecto —declaraba el alfa tocando con la yema de sus dedos, el pasador que se encontraba deteniendo las hebras del lado derecho.

—Era de mi madre, mi abuela me lo regaló el día del evento. Quizás no lo recuerdas, pero lo usé en esa ocasión.

—Créeme, mi memoria tiene grabado cada momento de ese día... cada uno de ellos —expresaba con una leve sonrisa —¿Estás listo para entrar?

—Si —respondía sonrojado, tomando la mano del alfa que ya se encontraba extendida en forma de invitación.

Damián había sido el encargado de planear este evento. Decidió que la cena se llevaría a cabo en la sala exclusiva del restaurante St. Cloud. Estaba en el segundo piso, las paredes habían sido sustituidas por ventanales enormes, que dejaban ver las luces de ciudad. Tal sala le recordó la del restaurante Fiori, esto le hizo poner una sonrisa en su rostro.

Los candelabros y las luces tenues daban un ambiente acogedor. Pero fuera de eso, el que en ese lugar se encontraran las personas más importantes para ambos era lo que lo hacía sentirse así.

Agradecía que Luka y Ezra hubieran adelantado su regreso, aunque él mismo les había pedido que no lo hicieran. Sabía que por su parte solo podía contar con su abuela, ya que no estaba en buenos términos con los demás miembros de su familia, pero ella era todo lo que necesitaba, Lilian era la única persona que siempre había estado ahí para él, así que los demás no importaban.

De igual manera, Damián tenía en ese día a quienes para él eran fundamentales en su vida.

—Maika, Damián es un gusto verlos —declaraba Lilian recibiéndolos con un beso en la mejilla.

—Gracias por acompañarnos —respondía el omega, dirigiéndose a sus invitados. Vió como Julie levantaba una copa de vino en respuesta.

—Y bien ¿Cuál es esa noticia tan importante que me hizo restar días a nuestras vacaciones? Más te vale que sea algo grande —decía Luka con tono sarcástico.

—Basta —proclamaba Ezra dándole un codazo —no es gracioso.

—Tsss ni siquiera me interesaba que estuvieras aquí, tan solo invité a Ezra.

—Auch eso duele Bennet —declaraba tocando levemente su pectoral izquierdo, haciendo que el omega sonriera.

Damián giró su cabeza para ver al omega, este asintió.

—Primero que nada, agradecemos que hayan podido venir acompañarnos esta noche —sentía como Maika apretaba con fuerza su mano —estamos muy emocionados y felices, de anunciar que pronto se sumará un nuevo integrante a esta familia —decía colocando su mano en el vientre del omega.

—Dios mío Maika —exclamaba Lilian rompiendo en llanto, abalanzándose para darles un abrazo con el fin de felicitarlos —esto es increíble, será un hermoso bebé, un bebé, estoy tan feliz.

—Hijo, no sé qué decir, me da mucho gusto saber que seré abuelo —declaraba Arthur abrazando a Damián.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora