Capítulo 47

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Narra Jayden Smith.

Siete años que no he sabido nada de ti, siete años que mi vida ya no era igual, esos siete años que me cambiaron completamente mi autoestima, nueva vida de casado pensé que la olvidaría pero no es así todavía sigue presente en mis más profundos pensamientos.

-Amor.-me llama mi esposa.

-Dime Amy.-respondo una vez terminó de golpear el saco de boxeo.

-Desperté y no estabas, vine a buscarte por que de aquí no sales.-se acerca y siento sus senos en mi espalda.

-Estoy sudado, iré a bañarme.-me aparto pero ella se acerca más a mi.

-Hazme tuya en este instante, tuve un sueño húmedo mi amor.-susurra en mi oído no me da tiempo a decir algo que ya está arrodillada.

-Estoy sudado deja que me bañe.-la intento levantar pero sigue arrodillada queriendo bajar el pantalón.

-No, así esta mejor sabes que tu sabor me encanta.-siseo cuando pasa la lengua por mi glande, es algo que no resisto le agarro el cabello fuerte mientras hago mi cabeza para atrás, pasa su lengua de arriba a bajo y lo mete completo en su boca.

Muerdo mi labio inferior y comienzo a moverme penetrando su boca, moviendo mis caderas lentamente y después aceleró el ritmo, le follo la boca duro esta mujer me vuelve loco es experta en mamadas. Jadeo fuerte ya voy a llegar, salgo de su boca y la empotro en la pared.

-¡Ahh! Jay.-muerdo su oreja.

Bajo mi mano y la llevó a su intimidad, masajeó su clítoris, está hinchado le doy una palmada, que la hace encorvar y darme mas acceso. No tengo compasión y la penetro fuerte sus gritos y mis gemidos se escuchan por toda la habitación.

-Sii mi amor así.-jadea, a mi mente llega su rostro de ángel que desde que la vi no he podido sacarla de mi mente, me esfuerzo en no susurrar su nombre porque sino Amy me asesina.

-Deja de gritar, si estoy siendo gentil, tu querías que te lo haga.-susurro en su oreja, se muerde la mano la arrinconó más que su cachete queda en la pared, unas embestidas más y tenemos un orgasmo arrasador, mis piernas están débiles un poco nomas.

La tomo en mis brazos y la llevó a nuestra habitación.-Fue intenso.-habla con voz cansada.

-Todavía falta.-le guiño un ojo.

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Estoy trabajando es mi primer día como jefe, ya se todo lo que hace mi padre me gusto que todo esté en orden, no cometí ningún error, y si lo llegaba a hacer lo corregía rápido, por eso soy lo que soy ahora y de la cima nadie me bajara. Mi padre se retiró por salud dirigir muchas empresas le estaba costando, no somos tan apegados se puede decir, desde que mi hermana murió con leucemia desde ese momento toda muestra de afecto desapareció para mi.

-Hermano.-escuchó decir a Jackson.

-¿Que te trae a mi humilde empresa?.-pone los ojos en blanco.

-Humilde le dices a esto.-abre sus brazos enseñando toda mi oficina.-Vine a ver al nuevo jefe, pero tengo que decirte algo importante.

frunzo en ceño.-Entonces habla que es lo importante que quieres decirme.-sigo firmando unos documentos.

-Vi a la chica que lastimaste en tu juventud.-lo miro confundido.

-¿Cual de todas?

-Eres un descarado, si fuera mujer hace rato te tiraba el tacón, me refiero a Wesley.

-Si tambien la vi, estuvo aquí en una reunión donde me presente con los accionistas de mi padre.-tiene la boca en forma de O.

-Y que paso, cuéntame.-se sienta en las sillas que están al frente del escritorio

-Eres una vieja chismosa.-lo miró fijamente.-Pero bueno cuando la vi quedé perplejo ambos nos miramos de pies a cabeza, ella se fijó en mi anillo y miro a otro lado en su rostro no se reflejó nada, después de la habladuría de mi padre yo le hice una pregunta, ya que estaba ida en sus pensamientos, Jean Pierre le dijo algo, que recobro la compostura y me dijo que le vuelva a hacer la pregunta, se la repito diciéndole.

-Señorita le pregunte qué hace usted aquí si solo es reunión de accionista, y usted no lo es sin ofender claro está.-respiró profundamente.

-Es la directora en jefe de mi empresa y mi mano derecha, tiene que estar presente donde yo esté.-aclara Jean Pierre.

-Como ya explicó el señor Crousse soy directora en jefe y unas de las mejores arquitectas de todo Versailles señor Smith.-

-Una mujer en este mundo que solo es de hombres, porque no estudió otra carrera señorita, estas que son para manejar una empresa no es de una mujer.

-Discúlpeme por lo que diré pero todos podemos ser mejores en lo que sea, y como se expresó me da a entender que es un machista que solo ve lo que hacen los hombres, pero déjeme decirle algo este mundo no sería nada sin una mujer. Además soy buena en lo que hago y lo que me gusta, no es por alardear pero soy perfecta para este trabajo.-

-Eres un pendejo, en serio, la admiro por que te mandó a la casita con un buen léxico.-se ríe -Está mamacita yo si le hago, eres un imbécil por dejarla, y quedarte con esa chica que solo te utiliza a su antojo y tu como perrito faldero detrás de ella.

-Aleja tus manos y ojos de Dandelion me pertenece todavía.-es mía y así tiene que ser.

-Tu tienes esposa, yo estoy solo, solin, solito; siempre te dije que le pidas perdón y no lo hiciste y cuando estas borracho si andas llorando como niña, la conciencia te carcome.-me levanto furioso de la silla y me acerco a él.

-No estás solo tienes a Sandra, déjate de estupideces Jackson.

-Si estoy con ella, pero eso no me quita ganas que le tengo, tambien puedo hacerla ronronear como una gatita en mi cama

-Es mía, volverá a serlo porque yo sé que todavía me ama, te exijo que la dejes a un lado, por que si no,  vamos a tener problemas..

-No te entiendo la verdad, porque te casaste con Amy si estas amando a otra, mira hermano si tu no la aprovechaste en su tiempo, llegará otro que sí lo hará y no seré yo, recuérdalo.-me da un leve empujón se acerca a la puerta pero antes de irse habla.

-No abuses de una mujer buena porque ella te podrá perdonar mil veces, pero cuando decide irse, no volverá jamás.

Soy egoísta pero no se que seria de mi, si Dandelion esta con otro todavía siento afecto por ella, y se que ella también me quiere. Por cosas del destino no puedo dejar a Amy pero si puedo ser amigo con Dande. Bueno mas que amigos si ella me lo permite.

InnombrableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora