Capítulo 66

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Dandelion Wesley

Han pasado tres días que me tiene encerrada en esta habitación, por los lujos que tiene, me da a entender que lo tiene a base de un trabajo fácil, por decir así, ya quiero irme extraño a mi familia, todos estarán preocupados, desde el día que me trajo consigo,  tengo un horrible hematoma en el lado izquierdo de mi vientre, antes que no sufrieron daño ninguno de mis órganos según lo que dijo un doctor de pacotilla.

Todos estos días que han trascurrido, le hago la vida imposible, cuando ingresa a la habitación a dejarme la comida, o solo para molestar, en insufrible no entiende que lo odio con todas mis fuerzas, pero hoy no a venido en ningún momento es un milagro.

Esto me esta desesperando, estoy observando por la ventana el bosque que tiene esta casa, la altura no es mucha, pero si me lanzo estoy segura que saldré con una pierna rota. Por mas que doy vueltas y vueltas mi cabeza, no se me viene nada en la mente, si el me dio una habitación con ventanales, es por que sabe que no me lanzaría, y mas porque tiene hombres custodiando toda la casa es imposible librarme de ellos o de los perros, este hombre si que esta loco.

El sonido de la puerta me espabila, corro hacia la cama me hago la dormida, mi corazón palpita rápido. Sus pasos se van acercando.

No muevas ningún musculo Dandelion, no lo hagas .-dizzle esta mordiéndose las uñas.

Suelto suspiros suaves para aligerar mi tensión, de tenerlo cerca, su mano acaricia mi mejilla, mis labios, después toca mi cabello.

-Se que estas despierta Dandelion.-mierda.-Tengo algo que decirte

Sin ningún gestos en mi rostro, me siento en la cama y lo observo fijamente, para que hable, no quiero dirigirle la palabra.

-Bueno, mañana iremos al hospital, ya conseguí al mejor medico de Francia para que te atienda, y ya tener un resultado verídico de tus estudios. Así que mañana nos mudaremos a Burdeos.

-Estas loco o que mismo, no me iré de Versalles, tengo a mi familia aquí.

-Me importa muy poco, lo que digas, nos vamos y punto, tu me perteneces ahora, así que anda portándote bien.

Colmo mi paciencia me acerco y lo empujo con fuerza, mi vientre me advierte que estoy lastimada pero me importa un bledo.

-Te odio, hare todo lo posible para escapar de tus garras.-golpeo su pecho, agarra mis manos con fuerza que me hace soltar unos jadeos de dolor.

Me arrincona a la pared.-Me haces enojar en segundos, eres insoportable, cuanto deseo tirarte a esa cama y hacerte mía, darte unas merecidas nalgadas, para que aprendas a respetar, eres una arquitecta compórtate como tal.

-Contigo no puedo comportarme, te odio, te aborrezco con toda mi alma, quieres que te haga lo mismo que le hice a tu hermano, ya mis manos están manchadas de sangre, no tengo miedo de nada.-vocifero cada palabra que le digo, destilan rabia pura.

-Viviré con ello.-habla desinteresadamente.

-Vete de la habitación, quiero estar sola.-le doy la espalda, lo escucho gruñir y me lanza a la cama con fuerza que no me da tiempo a girarme, ya que tengo su cuerpo encima de mi.

-Odio que me den la espalda, así te ame no te permitiré que me des la espalda, lo entiendes.-agarra mi cabello y lo hace para atrás.

-Suéltame imbécil.

-No lo hare, quieres que te amarre a esta cama y solo te soltare para que vayas al baño.-estira mi cabello con mas fuerza.-Si así lo quieres, cumpliré tu deseo mi amor.-muerde mi oreja.

-Siento asco de ti.-susurro aguantando el dolor que produce en mi cabello.

-Tienes que conformarte, doy todo por ti y solo recibo tu odio, crees que me hace feliz eso Ehh!

-Tendrás que vivir con ello.-me da la vuelta y queda ahorcajadas.

-Te amo Dandelion por que no entiendes eso.-susurra a centímetros de mis labios.

-Tienes un amor enfermizo Jason, ni pienses que te llegue a querer algún día.-agarra mis manos pero pongo resistencia, se lo que quiere hacer.

-Déjame besarte.-acerca más su rostro, me zafo de su agarre y le propició una cachetada 

Y lo que me gano es otra cachetada por su parte, mal parido.

-En tu vida volverás a ponerme una mano encima.-se aleja de mí y se encamina a la puerta. Observo a mi alrededor y agarro el despertador de la mesita y lo lanzo con todas mi fuerza, mi puntería no falla y le doy en la cabeza.

 Se toca la zona afectada y tiene sangre, sonrió de forma maquiavélica, me acerco a él otra vez con todas mi fuerza lo empujo y se golpea con la pared y cae al piso. Salgo de la habitación y como si Dios me ayuda, las llaves están en el picaporte, le pongo seguro y comienzo a correr por el pasillo y bajo las escaleras de dos en dos.

-¡¡NO LA DEJEN ESCAPAR!!.-grita Jason

Me detengo en seco, esta casa es grande, quiero dirigirme hacia el bosque, así me escabullo y escapo.

-Señorita deténgase, SEÑORITA.-gritan sus guardaespaldas

No me detengo y busco la salida al patio trasero, me duelen los pies estoy corriendo descalza, no sabia que esta iba a ser mi oportunidad de salir de esa casa endemoniada.  

Respiro aire fresco y eso me da mas energía para correr.

Una sonrisa vislumbra en mi rostro, falta poco para escapar, veré a toda mi familia, todo pasa tan rápido cuando siento un rasguño en mi pierna, arde y no me deja corre rápido. Mal parido me ha tirado bala, no me detendré, seguiré hasta lo ultimo.

-DANDELION NO CORRAS MAS, ¡DETENTE!

-¡NO!-hago caso omiso a su llamado.

Otra bala pasa por mi pierna que me hace tambalear y caer, arde como el demonio. Solo me quiero ir, las lagrimas comienzan a salir una tras otra, que hace que mi vista se nuble.

Me agarran de la cintura y de mis piernas y me pone en su hombro. Es uno de sus hombres 

-Suéltame.-pataleo y golpeo sus brazos 

 -No escaparas otra vez.-habla el ser mas despreciable de este mundo.

-Lo hare mil veces, y cuando lo haga cumpliré mi objetivo de asesinarte.-vocifero con rabia observándolo, y lo que no veo venir es su mano chocar contra mi mejilla. ¡otra vez no!

-Marica te gusta golpear a las mujeres, deja que este mastodonte me baje y vas a ver lo que te haré.

Grito, golpeo, hago de todo y nadie me ayuda.

-Vamos a tener una larga platica en la habitación.

Llegamos a la habitación y me baja despacio el mastodonte este, me observa unos segundos y se marcha.

-¡No te vayas!-le grito, pero hace caso omiso, sigue solo las ordenes de su señor.

-Ahora si, déjame curar tus heridas.-le enseño el dedo de en medio 

-Púdrete, hazme un favor esfúmate.-chasqueo los dedos.


InnombrableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora