Trentatré

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"Máscaras pt. II"

Lunes 31 de diciembre de 2018

Fiorella

— ¡Massimo, hijo! —Paulette se acerca a nosotros con una felicidad efervescente mientras que yo me paralizo. Viene acompañada de Carlo, y lo último que yo necesito es una confrontación. Paulette lleva un vestido azul rey, junto a un antifaz blanco. Su elección de vestuario no hace más que destacar su elegante personalidad —. Qué bueno que los encontramos, ¡Fiorella! Corazón, te ves preciosa.

—Muchas gracias, Paulette, usted luce espléndida.

— ¿Están disfrutando de la fiesta? —Massimo decide intervenir. Las yemas de sus dedos acarician las mías, entrelazando nuestras manos. Una sensación de calidez se instala dentro de mí.

Pero esta se esfuma tan rápido como noto la mirada de desaprobación de Carlo sobre nosotros.

—Creo que puedes hacerlo mejor. —Carlo es el primero en soltar su veneno. Su actitud déspota se alza sobre nosotros, dejándole en claro a Massimo que nada es suficiente para él —. Has dejado algo desatendidos a los invitados. Por ahí vi a Cherlene junto a su padre. Estaba preguntando por ti, tal vez deberías hablar con ella.

¿Cherlene? Mi mente trata de conectar ese nombre con alguna conversación que haya tenido con Massimo, o con Laila y Vera, pero por más que trato, no doy con nada.

Ha de ser alguna ex novia. Alguien que sí pudo darle lo que tú no.

Mi cuerpo se tensa. No, no pienses en eso, Fiorella. Limpia tu mente.

La mano de Massimo se tensa sobre la mía.

Te lo dije...

— ¿Qué hace aquí? Yo no la invité, ni mucho menos a su padre —su voz es casi un rugido. Un suspiro sale de su pecho, cansado, o más que nada, hastiado —. No tenías ningún derecho en invitarlos. Ya dejé establecido que no voy a volver a hacer negocios con Augustus.

—No sabes lo que estás haciendo, Massimo...

—No, el que no sabe en lo que se está metiendo, eres tú, padre —Massimo lo confronta. La tensión es palpable entre nosotros. Ni Paulette ni yo estamos dispuestas a intervenir, por más que estos hombres estén a punto de montar una escena frente a todos —.Que sea la última vez que te tomas atribuciones que no te corresponden ¿O debo recordarte quién está al mando?

Massimo tira de mi mano, llevándonos lejos de sus padres. Pero mientras nos alejamos, soy capaz de sentir la mirada de Carlo fija en mi espalda, lanzándome flechas de fuego.

—No debiste portarte de esa manera —le hablo a Massimo por lo bajo, por más que la música cubra nuestra conversación. Mientras recorremos nuestro camino a la pista, algunas personas se dirigen hacia Massimo, saludándolo con la mirada. Hombres, mujeres, todos posan su atención en él, pero esto no le provoca nada. Mantiene la mirada al frente, a la vez que nos lleva lejos —- Tu madre se veía muy mal por su discusión.

—No me importa nada de eso, Fiorella.

—No debiste hablarle a tu padre de ese modo.

—Y él no debió hacerte eso —expresa con molestia —. Eres mi novia, y mereces todo el respeto del mundo. Si él no puede entenderlo, deberá mantenerse al margen.

—Pero...

— ¡Dije que lo dejes!

Me sobresalto cuando su voz se eleva. Los recuerdos de los gritos de mi padre vuelven a mi mente, atacándome con ferocidad. Es por eso que retrocedo con miedo cuando Massimo se da la vuelta y quedamos frente a frente.

Massimo (Familia Peligrosa I) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora