Capítulo Sesenta y Siete

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"Corina"

Massimo

Juego con la pluma entre mis manos. El sonido del botón sacando y metiendo la pequeña punta de metal una y otra vez, termina por causarme un dolor de cabeza, así que dejo el objeto a un lado. Llevo toda la mañana en la oficina y no he logrado concentrarme.

Desde lo acontecido con Pía, las cosas no han ido bien. Fiorella no es la misma, es como si estuviera desapareciendo poco a poco. No come, apenas y duerme. Yo soy el que tiene que atenderla, o en su defecto, Cailin, porque por ella sola no se mueve. Y eso me está destrozando.

No estaba en mis planes dejarla sola, pero cuando me llamaron de la empresa para decirme que había asuntos pendientes que requieren mi presencia, no pude negarme. Pero si soy sincero, al estar lejos de todo el caos, me siento un poco más... liberado. Pero sin dejar de sufrir por completo.

Fiorella es todo lo que me motiva día a día. —Sin querer hacer menos a mi familia —. La fuerza que me da, es de otro tipo. Ella es ese motor que me lleva a lugares que nunca imaginé. Si soy sincero, desde que entré a la Organización, perdí toda esperanza de encontrar el amor verdadero. No daba con la idea de encontrar a mi otra mitad, ni mucho menos querer hacerlo. Me había enfrascado tanto en escalar a la cima. Ser el Capo más poderoso de todos y llevar a la Cosa Nostra al punto de ser invencible.

Y nada podía quitarme del camino.

Pero entonces llegó ella, con sus ojos castaños y brillantes. Con ese cabello negro como la oscuridad y el corazón más puro que he conocido. Fiorella se ha adentrado a mi vida como un huracán. Acabando con todo lo que yo creía y dándole un nuevo sentido. Ella es la luz que ilumina mi tormentoso camino.

Pero ¿Qué pasa cuando mi luz se está apagando?

Fiorella ha hablado poco conmigo. Si bien, yo estaba consiente de los encuentros con Pía, ella no me había dicho lo que en realidad pasaba dentro de su corazón. Fiorella puede aparentar ser fuerte con respecto a su familia, pero la realidad es que aún le afecta ¿A quién no le dolería? Que tu familia te tratara de una manera despreciable por años después de una tragedia, no es de lo que se puede recuperar fácilmente.

Que Pía, después de todo lo que ha intentado contra Fiorella, regresara y le pidiera perdón, solo complicaba las cosas para mi Piccola.

Pero ahora está muerta. Y lo único que queda es incertidumbre.

Hay muchas cosas que Fiorella desconoce de Pía, y que no planeo contarle porque eso la destruiría.

Después del primer encuentro con Pía, le pedí a Ethan que la investigara. Si estaba planeando dañarla después de lo que le hizo junto a la escoria de su padre, yo debía saberlo. Pero lo que descubrí fue algo peor.

Al parecer, Pía se había convertido en una clienta de uno de mis distribuidores. La presión de la vida no la dejó seguir, por lo que tuvo que recurrir a la cocaína y la heroína para poder sobrellevarlo. Tal parece que fueron meses los que ella estuvo comprando, pero al estar en las condiciones en las que se encontraba, no siempre podía pagar con dinero. Así que tenía que utilizar su cuerpo. Mismo que comenzó a deteriorarse después de utilizar una jeringa infectada, que, con el tiempo, fue cambiando su piel, llegando a terminar con una espantosa lepra —Según el reporte forense, que mantengo lejos de Fiorella —.

Si soy sincero, pude llegar a sentir un poco de pena por ella. Por lo poco que Fiorella me contó de ella, antes de que su madre muriera. Pía parecía ser una chica de bien. Estudiosa, rodeada de amigos y con una familia feliz. Estudiaba Administración, y llevaba uno de los mejores promedios de su generación ¿Cómo es que pudo acabar de tal manera?

Massimo (Familia Peligrosa I) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora