"Ya no estás sola"
Jueves 27 de diciembre de 2018
Fiorella
No le mentí a Massimo cuando le dije que hablaría con Cai. Tampoco fue el calor del momento lo que me hizo prometerlo. Estoy consciente de que no puedo mantener mi relación con Massimo en secreto. No es justo para él ni para mí.
Pero estaría mintiendo si digo que no estoy nerviosa.
―Estoy segura de que estaba por aquí... ¡Lo encontré!
Cailin sale de su armario con un vestido rosa palo entre las manos. Lo examina detalladamente para asegurarse de que todo esté bien, y sonríe cuando ve que está en perfectas condiciones. Yo la observo con curiosidad, luce demasiado contenta para mi curiosidad. No hemos hablado sobre lo que hice desde que volví. Después de despertar con Massimo, él me llevó a mi habitación, y le pidió a Rosalía que me llevaran el desayuno a la cama. La mujer me llenó de todas las atenciones posibles; dándome una bandeja llena de comida, que sorprendentemente terminé, y asegurándose de que no tuviera fiebre o algún resfriado. Luego de afirmarle una y otra vez que estaba bien, ella salió de la habitación, dejándome en claro que cualquier cosa que necesitara, se lo hiciera saber. Desafortunadamente, Massimo no pudo acompañarme en el desayuno, ya que debía resolver unos asuntos sobre la fiesta de año nuevo de la que será anfitrión. Por la forma en la que lo dijo, no parecía animado, aun así no me atreví a preguntarle por qué es que lo hace. No quería saber la dolorosa respuesta que iba a darme.
«Hay muchas cosas que no me gustan, y aun así debo hacerlas».
Vuelvo mi atención a Cai, quien camina por toda su habitación, ahora buscando unos tacones que combinen con su atuendo. No me ha contado para qué ocasión se está arreglando. Por lo general, le gusta arrastrarme a fiestas para que no me quede sola ―aunque la verdad yo prefiera encerrarme en la biblioteca de Massimo y leer todo lo que pudiera ―, pero esta vez no ha mencionado nada, y eso me parece extraño.
Decido indagar un poco, tal vez comenzar a ablandar el terreno para poder soltar la bomba. No sé si está molesta por lo que hice, al abandonarla en el cine. Ella llegó a mi habitación casi después de que terminara mi desayuno, y me pidió que la acompañara a su habitación y le ayudara a buscar un vestido que no encontraba. Si eso es una señal de que todo está bien entre nosotras, en ese entonces no lo supe.
― ¿Irás a algún lado? ―trato de sonar desinteresada. Alzo un poco la voz para que me escuche desde su clóset, que viene siendo una segunda habitación.
Escucho como mueve cajas, y unos cuantos pasos son dados antes de que ella aparezca y se recargue en el marco de la puerta que da hacia su clóset. No me mira, solo sigue buscando en la caja de zapatos que sostiene.
―Eh, no. Solo..., ―titubea. Deja la caja en el suelo, y toma otra. Nunca me mira, por lo que sé que está evadiendo la verdad. Esconde algo ―. Anoche tuve una idea de un conjunto que se veía muy bien, y en cuanto me desperté quise recrearlo ―contesta, pero no suena muy segura de lo que está diciendo. Una mueca atraviesa sus labios ―, pero no encuentro los zapatos.
Diez minutos después, sale del armario con los zapatos en mano, y junto al vestido, los acomoda en una silla para poder probárselo más tarde, en palabras suyas. Una vez se desocupa, camina hasta su cama, donde estoy sentada, y se sienta frente a mí. Cuando noto su semblante serio, sé que ha llegado el momento.
―Fiorella, tenemos que hablar.
Mi estómago duele cuando trato de sentarme recta. Massimo quiso que un doctor viniera a revisarme en la mañana, pero yo lo convencí de que fuera en la tarde. Si terminaba dándome algún medicamento para el dolor, iba a acabar dormida, y no quería perder más tiempo del día para poder hablar con Cai. Sé que los golpes que recibí no son para dejarse de lado, pero he recibido más que eso antes, puedo resistir unas horas más. Estoy consciente de que mi rostro está hinchado por las bofetadas de Pía, y que probablemente tengo el labio partido, pero además de eso, parezco normal.
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Massimo (Familia Peligrosa I) ©
Roman d'amourFiorella Brown está sumergida en el infierno. Después de un trágico accidente, se ve obligada a estar bajo las órdenes de su padre y de su hermana, quienes se aprovechan de ella, convenciéndola de que es la causante de todos sus males. Sin nada de e...