"¿Te vas?"
Fiorella
Nunca me había asustado tanto el sentimiento de tener el corazón acelerado.
Massimo me observa con ojos furibundos, mientras nos mantenemos cerca el uno del otro. Mi cuerpo tiembla a la vez que el sudor frío me recorre la piel. Pero lo que más me desconcierta es que el temor no viene por estar frente a este hombre imponente, sino porque está a punto de descubrir el secreto que he guardado por tanto tiempo y lo había encerrado en lo más profundo de mí.
No puedo. Simplemente no puedo decirle la verdad. No debe enterarse de que mi padre fue el causante del hematoma en mí. —Y ni siquiera ha visto lo peor —. Una parte de mí cree que es para salvar al hermano de mi amiga, y alejarlo de la oscuridad que rodea mi vida. Pero la otra parte me dice que quien debe temer aquí es mi padre, si Massimo se entera de lo que hizo.
Mis manos tiemblan como si estuvieran en el hielo mientras las alzo para alejarme de él, que aún se mantiene tomando mi blusa. En el instante en el que nuestras manos se tocan, una sensación de calidez me invade y me llena el cuerpo de paz. No me había dado cuenta de que mis ojos están cerrados hasta que los abro y me topo con la mirada de Massimo. Más oscura. Más cerca.
—Intentaron asaltarme —suelto lo primero que se me ocurre, pero la respuesta es tan patética que ni yo me la creo. Aún así, decido continuar —. Venía de la biblioteca, se me hizo tarde y quise acortar el camino. Un tipo intentó robarme mi bolso, pero yo me aferré a él y me golpeó para que me rindiera. Aún así no logró nada.
— ¿Ya terminaste de mentir? —escupe con amargura.
Las mejillas se me encienden por la vergüenza. Termino bajando la mirada por no poder seguirle mintiendo a la cara. Con él es más difícil.
—No te estoy mintiendo —susurro con lástima. Estúpida. Alguien te ayuda y tú lo estropeas. Mereces quedarte sola.
Levanto la cabeza con pesar e inseguridad de no saber qué encontrar. Siento una presión en el pecho cuando lo veo ahora más alejado de mí, con los brazos tensos a sus lados y una expresión de decepción en el rostro. Luce desesperado, como si sacarme la verdad fuera todo lo que en ese momento necesitara. Pero yo me cierro ante él. No dejaré que se involucre en algo que no sabrá librar. Algo de lo que no podrá salvarme, porque yo ya estoy lo suficiente arruinada como para poder sanar.
Una risa amarga, lo suficientemente corta, pero filosa como para herirme sale de su garganta. Niega con la cabeza y después aleja su mirada de mí.
—Entonces así es como será.
— ¿Perdón? —pregunto al no entender, pero antes de que pudiera decir algo más, él desaparece por la puerta sin mirar ni una sola vez hacia atrás.
Quise detenerlo. Estuve a punto. Algo dentro de mí me pedía que fuera tras él y le explicara las cosas, pero como siempre, elijo alejarme.
Todo será mejor así.
(***)
Martes 23 de octubre de 2018
Fiorella
Al despertar lo primero que noto es que Cai no está a mi lado.
Después de la discusión con su hermano bajé a la cocina donde ella aún no terminaba de hablar por teléfono. Por un lado agradezco que sea así, de esa manera no pudo presenciar la incómoda pelea con Massimo. Al notar que estaba ahí, Cai dejó de hablarle con dulzura al celular y sonreír como una niña pequeña. Se despidió de manera rápida y puso su atención en mí. Pero no la suficiente como para darse cuenta de lo que estaba pasando.
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Massimo (Familia Peligrosa I) ©
RomanceFiorella Brown está sumergida en el infierno. Después de un trágico accidente, se ve obligada a estar bajo las órdenes de su padre y de su hermana, quienes se aprovechan de ella, convenciéndola de que es la causante de todos sus males. Sin nada de e...