BULLIE - CHAENNIE G!P

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POV Omnisciente
Pasado

Ver como su hija ha estado trabajando en un bar tan fuera de lo que imaginaba, la dejó sorprendida. Sobre todo el trato de las personas que tenían con ella. Aun mucho más sorprendida, al ver cómo Jinyong no mentía.

—¿Cómo has estado?

—¿Qué es lo que haces?—Soltó, agobiada por todo y nada. Se suponía que las cosas no sucederían así—¿Quieres que Jennie salga corriendo?

—No, ella vino sola. Te juro que no hice absolutamente nada para traerla—Mintió. Tal vez hizo un poco presión, nada más—. Sea lo que sea que pase, quiero que me conozca. Tal vez me acepte.

—No la conoces...—Río la mujer—Sin duda lo primero que hará es patearte las bolas.

—Es buena chica, muy inteligente y sé que puede perdonarme, si tan solo pudiera explicarle ahorita mismo las cosas yo-

—Aléjate de ella. No hagas nada, hasta que yo te lo diga.

—Es mi hija, quiero ser su padre y acompañarla en cada paso que de, ¿por qué no permites que esté a su lado como corresponde?—Era muy difícil decirlo, mucho más de lo que imaginaba.

—Apareciste hace cuatro años, cuando Jennie era una niña a la cual no le faltaba nada para crecer, pudiste hacerlo antes, ¡sabias donde estaba!

—Tuve miedo—Recordó sus noches—, mucho miedo a no ser la persona correcta para criar una niña.

—¿Y crees que no tuve miedo? Pudiste correr sin importar mi embarazo, ¿y yo? No pude, y aún así no podría ser capaz. Fuiste demasiado tarde, Jiyong—Apuntó con furia—. Solo acepte que pagaras sus estudios, por que te conozco y eres capaz de todo...

—Mason me obligó...

De nuevo río con ironía, sujetándose lo más fuerte posible para no lanzarse a golpearlo. El odio en su cuerpo era inmenso.

—Claro, si el te dice que te des un tiro entre ceja y ceja lo haces—Jiyong enmudeció, se odió tanto—, que irónico que ese idiota siempre tenga poder en ti.

—Perdóname.

.

POV Jennie
Mi madre palmeó mi hombro. Justo enfrente, donde la puerta del departamento de Tony estaba. Suspire dejándome llevar por el sentimiento, haciendo un sobre esfuerzo para no derribarme.

Los días tristes no son grises, pueden ser soleados y odiar la alegria de los colores. La tristeza es una emoción que te ayuda a superar las pérdidas, los fracasos y las desilusiones, es la emoción más dolorosa del cuerpo humano. Incluso, es preferible sufrir un golpe en tu cuerpo. Es la emoción que cicatriza e interioriza la situación, la que te ayuda a empatizar con el sentimiento de otros para crear apoyo... pero en estos momentos, la tristeza no era la única emoción ni sensación en mi, mi falta de consideración, la culpa por dejarlo me desarman por completo.

El no poder devolver el tiempo, de no recordar el último momento juntos.

—Debemos irnos—Murmuró mi madre—, vamos.

Me moví dificultosamente con mi mente invadida, reconciliar la paz en esta situación es meramente imposible. Por más que intente colmar mis nervios, el impacto de los hechos me tenia en un transe.

Llegamos al lugar, los sillones llenos, varios cuartos iluminados de una luz amarilla y el olor a flores intenso, la mayoría con ropa negra o blanca, rostros serios o llenos de compasión.

El líquido de mi estómago estaba sucumbiendo lentamente, así como mi estómago hormigueaba, las palmas de mis manos sudaban aún que a cada rato las secaba sobre mi ropa. El único funeral al que asistí fue de pequeña; fue el funeral del pez de una vecina cuando tenía apenas nueve años. Siquiera fue uno verdadero, aún así el llanto de mi vecina era ensordecedor y lo hacían ver como uno.