- 65 -

644 55 1
                                    

Otra vez. No otra vez. Apretó sus puños sobre los bolsillos de su abrigo, las llantas pasando por el pavimento frío, el viento congelando sus labios, las castañuelas que sonaban, el saxofón de una esquina equilibrando el ruido excesivo de esta selva llena de gente salvaje. Pasaban a su lado, apresurados y maldiciendo, a veces chocando con su hombro tan fuerte. El hombre la miró mal, pero seguía hablando por teléfono y después de un segundo siguió caminando, probablemente chocando con más personas.

Jadeó brevemente y cruzó el camino peatonal, caminando hacia las oscuras calles lejos de la gente. No tenía miedo, realmente, su cuerpo estaba tan extrañamente tranquilo.

Otra vez se había marchado. Otra vez no dijo nada. Otra vez fue la causa de sus inseguridades. Tal vez no puedo sanar, no como deseaba. ¿Cuánto tiempo debería pasar?

Su bolsillo vibró, enseguida su cara se vio iluminada por la luz de su móvil.

—¿Hola? ¿H-Hola? Si eres Chaeyoung, ¿verdad? Rosé suspiró.

—Si.—Respondió con dificultad.

—¿Dónde estas? ¿Sabes cuánto tiempo me costó llamarte?

—Voy a casa, no te preocupes por mi.

¿Realmente estás bien? Es noche buena, son las cinco y queda mucho tiempo. ¿Segura?

—Tae, lo estoy. Sal, diviértete y no pienses en mi, que todavía estoy un poco enojada contigo. ¿Cómo es que nunca fuiste con tu padre?

Bien, no tengo explicación para eso. Todo lo viste...Era un cabronLa joven soltó un lloriqueo sobre la línea.

—¿Era? De todos modos tienes que hablar conmigo, tengo que hablar contigo.—Murmuró viendo el rojo aparecer sobre el semáforo y cruzar de nuevo otra calle.

—Mañana por la mañana todo mundo probablemente tendrá resaca, abra regalos y ninguna tienda estará abierta, mañana podrá ser...

—Mañana podrá ser.—Afirmó.

—Ten cuidado, no será para mi ningún problema ir a donde estes Chaeyoung. Después de todo, es mi culpa.

Después de eso dijo adiós y colgó. Sonrió y agradeció eso, su maldita culpa. Pero siquiera en su cabeza pensó en odiarla. Es más, quería besar sus pies por hacer que diera ese paso tan grande. Pero sentía que iba muy rápido y que estaba siendo egoísta.

[***]

—Feliz Noche Buena, pásalo excelente.— Minhee la abrazó por completo.

—Igualmente, pásalo genial.—Jennie soltó una risa genuina. Ya eran más de las seis, y su corazón brotó de tristeza.

—¿Por qué no la llamas?—Le preguntó al verla fruncir su ceño.

—Esta enfadada conmigo.

—¿En serio? No me di cuenta...—Minhee pensaba seriamente, nunca vio un signo de enfado en Chaeyoung. A no ser que... —¿Será por que no la dejaste trabajar aquí?

Jennie lo pensó seriamente. No. Definitivamente no. Chaeyoung no se enojaba por cualquier cosa.

—No, no ella no es así.

—Entonces deberías encontrar una manera de arreglarlo. No pases este día preocupándote en lo que puedes arreglar ahora mismo.

—Si...

Minhee cerró la puerta, las luces ya estaban apagadas y la música del festival estaba retumbando por la calle.

—Bueno, te veo. Recuerda eso.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora