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Son las 5am de la mañana, pronto las clases iniciarán. Estoy a casi inicios de curso, pero aún así admito que me agota saber las devastadoras horas en las que estaré allá.

Decidí mejor levantarme de cama, las gotas espesas de sudor bajan por mi cuerpo y me cuesta un poco querer bañarme, tengo que hacerlo. Últimamente una intensa ola de estrés me consume, el trabajo, la escuela y tareas descomunales apiladas en mi escritorio.

Cuando sentí la inmensa lluvia artificial suspiré, me venía bien después de todo. Termine de ducharme, me era difícil aceptar que tengo que llevar uniforme pero admito que me gusta, no tengo que elegir todos los días un cambio.

Salude a mi perro y le di de comer, va a ser un largo rato para que coma. Tome una manzana y le di un gran mordisco.

—Adiós Kuma, cuida la casa. Ya sabes, ladra para llamar a Tony— Tony es un adulto de unos 80 años, es viudo hace dos años y se mudó para tratar de olvidar el dolor, pues dice que cada rincón de su casa le recordaba a ella. Hice buena relación con él, cuida a Kuma y en ratos le da de comer desde su balcón.

Salí de casa corriendo. La ducha me tomó más de lo debido y es algo que suele pasarme cada vez que decido ducharme en las mañanas.

Tomé al autobús, jadeando vi que estaba repleto. No hay lugar ni espacio para poder pasar, supongo que tendré que empujar a la gente. Tome mis audífonos, emocionada reproduje una canción. De todas mis actividades, esta es mi favorita.

Este momento es mío, y escuchaba la música, la que hacía que me sintiera dentro mi burbuja. La siento y me emociona, es un escape hermoso.

Entre movimientos bruscos y personas quejándose, llegue a mi adorada escuela. Como siempre, bufé cuando los malditos idiotas me empujaban para entrar corriendo. Quisiera algún día poder meterles el pie y se golpearan en la cabeza tan fuerte, pero soy una cobarde. Soy demasiado débil, y muy cobarde para hacerlo—aclarando—.

La clase con el señor Lee eran las primeras en el día, puedo jurar que son mis favoritas excepto que es uno de los profesores más estrictos en cuanto las materias. Es un dolor de cabeza en cada trabajo que encarga, puedes durar horas haciéndolo y aún así sacas una nota pésima.

—Chicos... la tareas está lista ¿no? — ¡La puta tarea!

Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda.

¿Por qué la olvide? Me estoy yendo a la mierda cada vez que piso el mundo. Inconscientemente golpeó mi cabeza contra mi banco, duro y fuerte. La presencia del señor Lee me aturde frente mío, estoy acabada.

—Señorita Kim, ¿por qué se golpea? — mire las hojas en su mano, quiero que mágicamente aparezca la mía en sus manos, diciéndome algo como: "Señorita Kim, encontré su tarea por ahí no me entregue nada". Obviamente no pasaría eso. —¿Todo bien?

— No, bueno si.

— ¿Su tarea?

— Es difícil explicar... pero juro que la hice.

— Si la hizo, ¿por que no me la entrega?

— Porque la olvide— baje mi cabeza, sentía cada una de las miradas del salón. Me siento patética.

— Lastima.

Siguió recogiendo las tareas, no puedo sacar malas notas. No ahora, debo aprovechar cada instante estando aquí. No puedo darle esa decepción a mi madre.

Acabó la clase, me dispuse a ir por el profesor a pedirle una oportunidad. Se que no conseguiré alguna pero necesito al menos intentar.

— Profesor Lee.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora