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POV Jennie

Mire el vidrio por segunda vez, últimamente las manchas de suciedad me colmaban la paciencia. Sobretodo por ese niño que apoyaba sus manos llenas de dulce sobre el mostrador por décima vez, sin que alguno de sus padres se molestaran por saber dónde metía las manos su hijo. Ahogué una suspiro. No había tanta gente ahora, si acaso la pareja y su hijo, la mujer que leía el periódico y el hombre que aún decidía por su orden. Minhee decidió ir personalmente por algunos suministros hace algunos minutos, no entiendo por qué confiar tanto en mi.

Últimamente los días parecían días para pensar y pensar, mantenerme ocupada no ayudaba en lo absoluto y el tiempo parecía alargarse, y aún que el tiempo era algo superficial, pasaba como un chasquido. Si, he dicho que es lento pero esa lentitud hizo que mis días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. No pude saber con certeza cómo podía vivir estando en la universidad y yendo y viendo con Minhee a cada demostración de cafeterías de la ciudad. No comprendí cómo me había encadenado tanto a su compañía, pero parecía una buena amiga. Me escuchaba y yo a ella, nos divertíamos de vez en cuando en su Chevrolet vieja, decía que le recordaba tanto a su padre, pues había sido un regalo de su abuelo. Le repetí varias cambiar esa chatarra, hasta que me dijo eso puede hasta tomarle yo un cierto cariño. Entonces, en medio de una crisis, la encontré y no pude describir lo tanto que ayudó su presencia. Es una mujer fuerte, a pesar de estar sola el miedo no detiene sus objetivos y tiene claro que el negocio que tanto añoró, tanto como su madre y padre, la mantendría a como dé lugar y sin querer me involucré en ello. ¿Cómo? No sé, simplemente ahora me encuentro con cinco meses de conocerla. La navidad pronto estaría llegando, y eso me hizo recordar a la rubia que tanto quería. Las épocas de navidad que pase con ella charlando por teléfono, mientras mi pobre angelito sonaba como melodía entre nuestra conversación. Después de tiempo me enfoqué en lo que verdaderamente sentía, y si, me encontraba profundamente enamorada de ella. Y puedo asegurar que sigo sintiendo lo mismo, pero mis sentidos pueden relativizar mejor la sensación calurosa en mi pecho. Antes no podía evitar recordarla sin que una lágrima rodara por mi mejilla. Aprendí a vivir con la incógnita de que sería de ella. De Lisa y Jisoo aquí. No me moleste, malamente, en contactarme con ellas. Me odiarían, seria lo más seguro. Dejé a su mejor amiga, siendo tal vez la culpable de que haya dejado el país y eso, entre más lo pienso y razono, me parece absurdo. Porque no soy la persona que merece un gran cambio, si no la que merece nada más que migajas.

No debería pensar más en esto.

—¡Adivina lo que encontré!—Minhee hizo acto de presencia. Cerré mis párpados fuerte y sacudí mi cabeza—¿Qué? ¿No es agradable? El hombre me dijo que le pase un trapo por encima y como nueva.

—Minhee, deberías dejar de recoger basura.

—¡No es basura!

—Estoy segura de haberla visto en la esquina—Me burlé—, pero en serio, no a de servir eso.

—Jennie, ¿podrías ayudar a tu jefa a mantenerse serena?—Minhee pronunció un tanto desanimada, pero no pude evitarlo, la bodega estaba llena de chatarra que solo prometía arreglar. Ya llevaba meses así.

—Eso díselo a la última silla vintage de la bodega, o del sillón de cuero, o de la bicicleta que le falta la llanta del frente... No te olvides de la caja registradora del año del gallo...—Yo continuaría, pero Minhee descontaría mi salario.

—Si, lo sé. Soy compulsiva, ¿pero no es bastante linda?

—No, no lo es—De verdad no lo era.

—Jennie...

—Tú sabes que es así—Escuchamos un golpe, luego un llanto ensordecedor. Minhee volteó asustada. El pequeño había caído de cabeza, y eso hizo que el caos del día fuese inaugurado.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora