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Cuando la miró por primera vez, andando en el pasillo de la escuela. Pensó en que esa chica era tan linda como el sonido de tarde calurosa en vacaciones. Era tan cálida que sus ojos no dudaron ni un segundo en perseguir su andar pero eso fue todo, una chica linda que solo pasó por su lado. Una chica que estaba en su misma clase, que veía pasar por su lado como si no existiera. Cuando su corazón saltaba, explotaba en vergüenza y escondía su rostro ferviente.

Por supuesto, ella no sabía que existía. Tampoco sabía que sus ojos brillaban al verla desde lejos. Ni que soñaba con hablarle, saber de ella, saber como se escuchaba su voz...

Chaeyoung quería saberlo todo.

[***]

Caminó por la acera oliendo a pizza caliente y burbujeante a queso, su paladar salivó gustoso y vio la pizzería en la esquina. Abrió su boca y anotó que algún día compraría una, cuando Jennie jamas lo viese, porque supo que a ella no le gustaba. Y tampoco querría besarla sabiendo que su boca minutos antes probó una deliciosa pizza. ¿O si? Y como probablemente, Chaeyoung tenía planes de no permanecer tan lejos de Jennie, una pizza se veía tan lejos de sus oportunidades.

Pero una cosa compensaba a otra.

Sostuvo en su mano la caja de chocolates, y una flor. Una linda flor envuelta en un papel encerado rojo, dos ramilletes de manzanilla alrededor de el y un valioso corazón tembloroso.
Aun recuerda a la chica de la floristería, la puso nerviosa. Muy nerviosa. Cuando se dio cuenta que no supo clasificar la clase de relación que tenía con Jennie. Hace unos momentos estaba tan segura de lo que sentía, es decir, de lo que serían. Estaba segura de escribir unas lindas palabras en el pequeño ramo, pero esa mujer la puso temblorosa con esa pregunta: "¿Para quien es?"

Y como si estuviera tan orgullosa de ponerla en ese modo, la miró inquisitivamente y tan sonriente que el estómago de Chaeyoung se revolvió al instante.

Pronto eso iba a cambiar.

Se sentía como los primeros días de tener a Jennie como su novia, con miedo a hacer lo incorrecto. A volver a lastimarla, pero ahora, sabía con certeza que jamas haría algo para lastimarla. Y si eso hacia, jamas se lo perdonaría.

Tocó el timbre tres veces, el par de voces se escuchaba aproximándose a la puerta y pronto escondió sus regalos detrás de su espalda, inflando su pecho y con su mentón en alto. Supo de inmediato que Chaerin abriría esa puerta. Desde esa vez que no había vuelto a verla.

—¿Quien- Eres tú—soltó en un resoplido. Vestía de formal, casi yéndose al trabajo, pero en ese momento Chaeyoung juró que la joven madre estaba dispuesta a cambiarse y tomar el día libre.

—Buenos días, un gusto verla señorita.

—No, no, no. No, no vas a ganarme de esa manera—Lo intenté, pensó Chaeyoung sonriendo sin mostrar sus dientes.— ¿A que se debe todo esto? ¿Te vas de nuevo?

—¿Qué? No, no yo-

—¡¿Te vas?!—Jennie salía detrás de su madre, su expresión cayendo y sus ojos brillando, Rosé quería detener a Chaerin y abrazar a ese pedazo de sol detrás de ella y tenerla siempre en sus brazos.

—No, yo no me voy. Jamás me iré, nunca. Si me permite explicarle, puedo hacer que la imagen que tiene de mi cambie.

—Yo no necesito explicaciones tuyas, yo lo que necesito es que mi hija sea feliz. Que la persona que esté a su lado no la hiera tanto como tú—confesó, no pudo evitar estar de acuerdo. Claro, eso es.

—Lo entiendo...

—Claro que lo entiendes, de otro modo no estarías aquí. Y si no fuese así, seria una imbecil total—Jennie aflojó su mandíbula totalmente impresionada. Su madre la acaba de decir imbecil a Chaeyoung.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora