BULLIE - CHAENNIE G!P

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Llegando a casa, fue inevitable ver hacia a un lado y recordar los viejos sentimientos de cuando el estaba, el pasado. La melancolía de lo que ya no está y pudiste haber aprovechado un poco más, aunque si así hubiese sido, estuviera reprochándome de todas formas, por qué la persona que aprecias se ha ido... por siempre.

Apenas un día desde su deceso, parece un siglo. Décadas...

Después de eso, dormí por las siguientes horas. La cena pudo esperar, lo supe por que vi el plato aún en la mesa bastante frío. Suspire suavemente viendo el cuerpo de mi madre descansando, no durmió desde su vuelo. Ajusté mi uniforme y me puse el abrigo asegurándome de que me ayudaría a combatir el frío, los días transcurrirán normales y de eso no hay duda.

Una vez dentro del autobús le mande un mensaje de texto a mi madre, avisándole que ya estaba en camino al instituto, sería capaz de levantarse corriendo para llevarme y lo último que quiero es que se sobre esfuerce, su cansancio se nota en sus ojeras y su cuerpo visiblemente lleno de malestares, ella cree que no lo noto pero es más que obvio.

Fuera de aquello, no dudo ni por un segundo en que puede hacer mucho más.

Parpadeé viendo el cielo nublado, la neblina del día y el frío que entume mis dedos.

—¡Dijiste que me avisarías!—Reclamó Nayeon temblando con sus manos clavadas en sus bolsillos, Jin venia desde atrás con la misma expresión confusa pero más calmada—Maldita bastarda...

—¿Estas bien, Jenn?—Él sobó mi brazo, acercándose a mi con cautela—Estuvimos preocupados, estos dos días en la mañana soporte su presencia insípida.

—No preguntes como lo conocí, fue bastante estúpido—Escupió viéndolo a los ojos, reí por la reacción aturdida de Jin—. Es un idiota.

—¿Quién usa calzoncillos de dibujos animados?

—No debiste ver mi trasero, maldito pervertido, imbecil—Siguió lanzando los insultos mientras busque desinteresadamente a una persona.

Escuchando de fondo como los dos volvían a replicar por aquella situación, mi búsqueda cada vez se volvió más seria. El primer timbre sonó y arrastre a Nayeon conmigo.

—¡Oh, si! Estaré bien Jennie, no te apures por mi—Dijo Jin desapareciendo.

Nayeon rio, dejó de hacerlo cuando vio su rostro.

—No puede ser cierto—Rió sin ganas—. No hace falta que lo digas, apenas llegue el día siguiente y me quiso asesinar.

Caminó adelantándose, dejándome procesar la idea.

—Después le aclare que no te hice nada y-

—¿Le dijiste lo que pasó?—Sacudió su cabeza, me frustré por su sonrisa ladina—¿Qué le dijiste, Nayeon?

—¡Nada! Lo juro, solo me quiso asesinar por segunda vez pero nada más, no te preocupes.

—Nayeon—Le llame la atención. Seguro me metió en problemas, y no estoy para eso en estos instantes.

—Ay, no dije nada malo.

Siguió caminando sin importar absolutamente nada, y por supuesto, me quede angustiada sobre la entrada viéndola quemar a Nayeon por su simple presencia, no segura de aguantar aquello caminé decidida hacia la castaña que sonreía burlona de la situación.

—Hey, no te vimos por dos días Jennie—Jisoo tomó mi muñeca y me hizo quedarme tan cerca de Chaeyoung, temiendo por mi control—. Pensamos que algo malo te pasó.

—¿Estas bien?—Pregunto la tailandesa. Sin duda el problema no era con ellas, y sobre todo, Rosé no les contó nada. Lo cual de nuevo, me frustró.