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POV omnisciente
Se preguntaba dónde estaba. Recorrió con más yemas de sus dedos la mesita que estaba a un lado de la entrada, viendo la ausencia de las llaves de Roseanne. Sonrió satisfecho no sentir ninguna partícula de polvo entre sus dedos y enseguida, sintió la rabia recorrer su espina dorsal.

El cerrojo detrás de él sonó con frenesí.

—¿Donde estabas?—Vociferó.

Rosé se quedó muda. Se suponía que regresaría en un mes. O eso pensaba ella desde la ultima vez que se fue.

—Con Lisa y Jisoo...

El hombre negó divertido. Su hija era tan estupida.

—Vengo de la casa de Marco, ellas estaban ahí. ¿O me vas a decir que estabas escondida debajo del árbol?

—No.

—¿Donde estabas?

—Con una amiga—Se confundió por un instante. Su hija no tenía amigas. Más que Lisa y Jisoo, ninguna.

—El chofer me dijo que trajiste a alguien—Rosé apretó sus dientes sin ser vista. Odiaba el fiel personal de su padre. Fuera de eso, agradeció la identidad anónima de Jennie ante Mason. Si se llegara a enterar, estaría muerta.

Entrecerró sus ojos caminando a la sala, tumbándose oyendo los pasos lentos de su hija seguirlo hasta donde estaba. Le encantaba tenerla bajo control. Que sintiera miedo. Hacerla pagar por todo lo que le estaba haciendo vivir. Su maldita hija descarrilada que le traía problemas, ya había sido una asunto resuelto. Su esposa con ideas estupidas también. Ahora su hija, la rubia bonita que todos sus amigos chuleaban cada dos por tres, la tenía perfectamente domada. A veces, solo a veces sentía que la quería más. Solo por que lo obedecía.

—¿Una amiga a la que te follas?—Sonrió orgulloso ante dicha creencia. Al parecer el solo pensaba en sexo.

—Papá-

—¿Haces lo que te ordene?—Cortó visiblemente. Sus labios temblaron de emoción—Roseanne, te estoy hablando.

—Si—No mintió. Se sintió aún más descarada.

—La niña esa desapareció.

—Si...—Musitó sentándose frente a él, con la mirada gacha.

—Jiyong me contó que posiblemente se enteró de que es su padre. ¿Tienes una idea de la que se acaba de armar?—El sonido amargo salía con facilidad. Aún no olvidaba el pasado.

Y por más que lo hubiese intentando, sus venas estaban llenas de odio. Quería hacerle tanto daño a Jiyong, quería vengarse por todo aquello que le arrebató. Posiblemente, su vida no fuera tan miserable como ahora. Y eso lo llenaba más de ira.

Hasta hace años no encontraba la debilidad de ese hombre, las mujeres que cruzaban por su camino no le eran tan importantes. Los negocios, si es que alguna vez caía, el no tardaría en recuperarse de nuevo. Por que así era el, un exitoso hombre. Mason rechinaba sus dientes con fuerza. No es tan idiota. Nunca intentó vengarse así como así, pensaba que el tiempo daría frutos por sí mismo. Y así fue.

Apareció Jennie "Kim", lo que parecía una debilidad para ese imbecil que buscaba arrebatarle todo.

Jiyong una vez supo que sería padre, saltó de felicidad. Lo recordaba perfectamente. Sus ojos brillaban, hablaba con esperanza. Incluso planeaba hacerle una casa del árbol, comprarle miles de juegos, que su niña nunca padeciera de faltas y martirios. El era joven e ingenuo, y Mason también, uno que a pesar de lo que le hizo Chaerin, la seguía amando con locura. Ella no era de él, más el se propuso que si así era, no sería de nadie.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora