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Eran casi las de tres la mañana, es surrealista estar esperando a alguien a esta hora pero la llegada de mi madre me tenia un poco atareada. Desde la mañana del viernes me mantuve nerviosa, una noche antes me había llamado que vendría el sábado en la madrugada, por ser temporada alta los vuelos estaban saturados y al parecer era el único disponible para venir de inmediato.

Totalmente agotada, estaba esperando su llamada avisándome que ya estaba abajo. Mire alrededor de departamento para ver que todo estuviese limpio y ordenado, saqué tres bolsas de basura y fue impresionante, hace mucho no limpiaba a profundidad. Mi madre es ese tipo de señoras amantes de la limpieza, cada rincón iba a ser revisado, y así como vi cada rincón no estaba segura de que todo estuviese tan limpio como aparentaba.

Una melodía lenta sonaba a lo lejos, puede ser el vecino de un piso más abajo del mío con su tocadiscos.

El teléfono vibró en el sillón a unos centímetros de mi.

— ¿Si?

— No sé a quien más esperas a esta ahora como para tener la decencia de dudar sobre quien te llama — Esa es mi mamá.

— Voy — Colgué siendo disparada por una ola energía, Kuma paró sus orejas al verme saliendo del departamento como un rayo.

Espere fuera del ascensor y la figura de mi madre apareció frente mío, sonreí de inmediato sintiendo sus maternos brazos en mi cuerpo.

Aguantando las ganas de llorar ahí mismo, tome sus maletas de manos para entrar a mi dichoso hogar. Me sentí nerviosa.

— Que tal el viaje — No respondió de inmediato, se encontraba viendo todo con un vistazo rápido.

— Bien, los aviones son cómodos, creo.

Nunca fuimos de tener una conversación muy larga, más sin embargo, nuestra relación era demasiado buena.

— ¿No quieres descansar? La habitación esta para ti y...

— No, esta vez traje un colchón inflable de casa, la última vez mi espalda me dolió por semanas por dormir en esa cama — Reí recordando como me imploró que cambiara ese colchón, pero yo lo encontraba magnífico.

— Está bien, — Lleve sus maletas hasta el sillón — mañana hablamos — fingí un bostezo, aunque no sé por qué si sí estaba cansada.

— ¿Estas bien? Últimamente te he sentido muy cansada... — Omitir que trabajo era algo que me metía problemas, pues ella me conoce perfectamente — Siempre cortas las llamadas tan pronto que tienes oportunidad, aunque estemos en silencio puedo saber cómo estás.

— ¿Eres psíquica o algo de eso?

— Es el instinto de una madre Jennie — dijo no tan feliz por mi comentario.

— Lo siento.

— ¿Qué está pasando? ¿Hice algo para que desconfiarás de mi?

— No — No quería preocuparla —, todo esta bien.

Me observó con un largo silencio, sé que todo lo que quiere decirme está en su le gusto pero estaba cansada, así que la muerte la espero mañana.

— Ve a dormir, mañana hablamos.

— Te ayudó a inflarlo...

— No, ve. Duerme — Me quito la bomba de aire, fue inútil esperar a que preguntara una vez más lo que pasaba, y si lo hacía, le respondería.

Me fui a mi habitación, comenzaba a dudar si fue en realidad una buena idea.

Debi saber que ese "instinto de madre" existía de verdad, las palabras para mi eran difíciles. El querer poder expresarme de forma correcta me llevaba a la timidez y simplemente me quedaba callada.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora