BULLIE - CHAENNIE G!P

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POV Rosé

Dos años atrás
—¡Levántate, Chaeyoung! ¡Hazlo!—El pedazo de tapete en mi rostro es una salvación, el golpe fue duro y mi rostro ardía por sus golpes.

Me implora que me levante, que siguiera adelante... ¡pero sigo siendo cobarde!

—¿Cómo piensas ganar el campeonato? Eres débil, podrás tener un pedazo de polla colgando entre tus piernas pero no lo llevas en alto... —Mason limpio sus nudillos, luego el anillo de bodas, lo mire dolosamente mientras trate de hacer el esfuerzo de levantarme.

El espejo de enfrente reflejó como mi Dobok estaba manchado de sangre. Jadee al sentir como mi padre me tomaba por detrás, asfixiándome al instante.

Lo había aprendido...

Soy la mejor de la clase...

Lastimaría a mi padre si...

—¡Mierda!—Su cuerpo estaba enfrente mío, su rostro estallaba de furia.

Inconscientemente lo tiré de un jalón, y eso lo enfureció. No entendí por qué siempre se enojaba conmigo cuando hacía las cosas bien, cuando las hacía mal, incluso si daba lo mejor de mi prefería pasar pagina y exigir mucho más de lo que podía darle.

Se levantó directo a mi a golpearme, como siempre.

—¡Mason! —Me miró por un instante, su secretaria llegó corriendo—El señor de Francia llamó por las cotizaciones y prefirió hablarlo con usted. Es urgente.

—Ese imbecil—Bramó—Estoy con mi hija, ¿qué mierda quiere? ¿qué solucione todo?

En ningún momento lo miré, estaba lo suficientemente avergonzada para verlos a ambos.

Desde hace tiempo Mason trabaja en casa, utilizo alguna de las habitaciones más lejanas para hacerlas su oficina, su secretaria siempre rondaba por aquí, parecía que era su casa, me impuse al hecho y siempre me escondí en mi habitación.

Sana Minatozaki, ese es su nombre. Un nombre particular, sabía que no era de aquí pero me importó menos. No me afecta en lo absoluto. Su mirada reflejaba dolor.

De una manera extraña, su mirada estaba perdida y yo soy muy tímida como para preguntar.

—¿Estás bien?—Asentí—No es cierto, ven—Su voz aterciopelada me llamo la atención, sus ojos brillan, esta vez son diferentes.,

Tome su mano que estuvo alzada por varias segundos. Sus dedos delgados y finos terminaban con una hermosa manicura roja, hechas perfectamente borde a borde. Le sonreí cuando la vi mirándome desde el rabillo de su ojo.

—Vamos a curarte—Murmuró—Tú papá es una bestia, perdona la referencia. Aveces no puedo soporto—Ella lo dice con cierto temor.

—Ni yo...

—Mira como te dejo—Mi corazón latió desbocado.

Su cercanía es tortuosa, una mujer como Sana desprendía a flor de piel los sentimientos de cualquiera. Esta más que comprobado, los babosos llamados socios de mi padre seguro fantaseaban sexualmente con ella, y eso me enfermaba en el buen sentido. Una mujer no podía ejercer su trabajo normalmente cuando uno de esos depredadores usurpaban su lugar de trabajo.

La torunda de algodón con alcohol pego mi piel, reprimí un gemido de dolor.

—Hoy la buena suerte esta de tu lado, solo son raspones—Su boca se tuerce, tampoco creyéndose así misma.