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Las vísperas de navidad estaban dentro de su vista, no espero ver tan pronto ver las luces colgadas fuera del establecimiento. Minhee la miraba por arriba de la escalera mientras colgaba una escarcha navideña llena de luces Justo por arriba de la barra. La mujer parecía feliz, incluso animada a que los clientes vieran esa decoración. Jennie suspiró, también sentía el espíritu navideño, solo que no igual. Miro la mesa llena de luces y estampados de Santa, vio algunos renos y duendes miniatura y sonrió al ver un disfraz de Mama Claus.

—Espero verte a ti con esto—Tomó el traje solo con sus yemas, riendo de su imaginación.

—¿Yo? ¿No es por eso que tengo una empleada?

Jennie dejó de reír, ya no le parecía gracioso. Si navidad le parecía un asunto de más, disfrazarse de Mamá Claus arruinaría cualquiera de sus expectativas.

—¿Ahora soy tu empleada?

—¿Cuando dije lo contrario?—Continuo con el ataque de preguntas, pero nunca olvidó estar adornando el lugar. Pudo hacer las dos cosas a la vez con orgullo.

—La vez que pedí vacaciones...

—No eran vacaciones.

—Eran días para descansar, me dijiste que era tu amiga y podía tomar mis días, y que jamas me autodenominara como una empleada porque sonaba mal decirle así a una amiga.

—Tomas mis palabras del sentido contrario. Para empezar, no sé qué discutes.

—Que no voy a ponerme ese disfraz—Delineó cada palabra con su boca antes de cruzar sus brazos. Jamás podía rebajarse a ello.

—No dije que tú te lo pondrías.

—¿Qué otra persona...—Su cabeza hizo click—Ya veo, ya veo.

Minhee infló su pecho con orgullo.

—¿Cómo podrá tomarlo después de lo que hizo ayer?

—No lo sé, rompió mi tazón favorito de café y vertió por error sal en el batido del hombre impertinente de enfrente, supongo que podrá tomarlo como venganza—Minhee tampoco estaba tan preocupada. Después de todo, usaría un poco su autoridad de jefe para no humillar tanto a Jennie frente a los clientes.

—Pensé que no te habías enfadado. —Jennie sacó su móvil y las tarjetas de la cafetería cayeron al suelo, ya era la segunda vez y la primera no fue nada agradable. Decidió no tomarle importancia, Minhee alzó una ceja y no dijo nada. 

—No me enfadé, no lo hice, lo juro. Pero antes de hacer el corte vi como intentaba robar el billete más grande. No sé tú, pero contuve mis manos de hacer un delito.

—Minhee, no puedes decir eso mientras adornas tu local en épocas de navidad—Jennie se convenció de entender un poco a su jefa, pero entre más pasaba el tiempo, podía entender menos.

Fue hacía el casillero de sus pertenecías y dejó su bolso, suspiró cansada. No podía mantener una sonrisa, no cuando sus recuerdos estaban más vividos que antes. Su pecho quería explotar en cualquier momento, y la universidad estaba matando cada célula viva de su sistema, no pudo centrarse últimamente en clases por la imaginación que hacía estragos en su cuerpo. Obvio podía olvidarla. Tuvo duda, definitivamente. Y no pudo, esta claro.

No pudo dejar pensarla. Tal vez, porque fue la primera vez en todos los aspectos de su vida. En casi todos, pero Jennie la consideró de ese modo porque nunca antes sintió la misma chispa y emoción en su ser con alguien más. Chaeyoung explotó cualquiera de sus expectativas, dejándolas altas. Jennie tampoco creía que algún beso ajeno fuese tan bueno como los de Rosé, que aunque sus labios solo rozaran, ese podía ser el mejor roce de su vida. Exploró sus pensamientos por momentos, y en algunas ocasiones, no sabía lo que rondaba en su cabeza, pero lo que fuese podía distinguir en sus ojos lo que podía haber en su mente. Sus besos, sus toques, su olor impregnado en su ropa, no había deleite que ese, y tampoco había una adoración que le ganase a esa.

BULLIE - CHAENNIE G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora