•.¸♡ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴄɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴀ ʏ ᴛʀᴇs ♡¸.•

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—¿Bodegas subterráneas? —preguntó Pete.

—En mi vida oí hablar de bodegas subterráneas. —intentó recordar Owen.

—El señor Bern me dijo que nadie la abría porque no todos tienen llave y piensan que es otro armario. —explicó Gerard. Quien se sentó en el la sala con los demás y Frank prefirió recostarse sobre las piernas del mayor y cerrar los ojos pero no dormía, sólo descansaba su vista. El pelinegro jugaba muy entretenido con su castaño pelo. Frank abrió un ojo y se miraron un momento, sin que los demás se dieran cuenta, se sonrieron tenuemente. Por desgracia, Patrick y Pete sí se dieron cuenta y ellos también se vieron con una media sonrisa, pero por razones diferentes, luego asintieron como si tuvieran una conversación telepática.

—¿Esa puerta? —preguntó Awsten. —Creo que yo llegué a verla... ¿Pero no la habían quitado ya?

—Que yo sepa, sí. Hace como dos años. —secundó Owen. —Pero no creo que hayan demolido también las bodegas. Ni siquiera creo que hayan sabido de su existencia.

—Entonces si siguen ahí, seguramente encontraron otra forma de entrar. —dijo Spencer.

—No creo. No hay escaleras o coladeras por las que puedas bajar. —contradijo Awsten.

—Probablemente hay que indagar más a profundidad si nos topamos con alguna escotilla o acceso clandestino. —objetó Dallon.

—Suena peligroso. —dijo Mikey.

—Yo te voy a cuidar, pequeño. Por eso no te asustes. —le respondió Ray dejando un beso en su mejilla y el menor sonrió abrazándolo.

—Bien, entonces cuando volvamos a la escuela tenemos que buscar otra entrada, puede ser cualquier cosa. —siguió la conversación Brendon.

—Menos ventanas. —quiso participar Joe.

—¿Y ventanas por qué no? —preguntó Ryan. Andy se dio una palmada facial y negó.

—A ver Ryan, ¿por qué crees que ventanas no? —intentó el pelirrojo que razonara.

—Pues no sé... a lo mejor porque son como... ah no... ventanas no. —entendió por fin.

—Con razón dicen que un pendejo es más peligroso que un ratero. —murmuró Frank haciendo reír en silencio a Gerard, pues fue el único que lo escuchó debido a la cercanía.

—Pero no sean muy obvios. —decía Owen en el fondo. —Si vamos a empezar a buscar entradas a las bodegas tienen que ser discretos y no llamar la atención. Puede estar cerca un demonio que no hayamos identificado aún y todo el plan se iría a la mierda.

—¿Y entonces? —dijo Patrick.

Los gemelos guardaron silencio unos segundos. —Niños, tienen tarea. —sonrió Awsten.

Pete le aventó un cojín al pelimorado directo a la cabeza. —Ya es suficiente con la que dejan los otros profes.

Awsten se mareó por el golpe y su hermano lo sostuvo hasta que se sintiera bien. —Pero esta no es tediosa, lo prometo. —aseguró. —Son dos, mejor dicho. La primera es buscar esa entrada a las bodegas, varios ángeles incluyéndonos a nosotros vamos a ayudar y tendrán que conocer a los demás que trabajan casi que tiempo completo aquí. —continuó. —Y la segunda es aprender a controlar sus poderes lo mejor que puedan y saber defenderse, ya les habíamos dicho.

—Creo que algunos ya tenemos eso controlado. —sonrió altanero Pete.

—Pues practiquen más. Van a pelear contra demonios tramposos y bien entrenados, no contra putos Magikarps. —recalcó. —Ah, también sus poderes van a mutar en algún momento, o tal vez ya lo hicieron. Les estoy diciendo desde ahora porque van a sentir dolores fuertes de cabeza o cuerpo dependiendo qué tipo de poder tengan. En el caso de Ray que son poderes físicos, le va a doler el cuerpo, en el caso de Brendon que son poderes mentales le dolerá la cabeza.

𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora