•.¸♡ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ ♡¸.•

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Gerard quiso cepillar su pelo y arreglar un poco el cuarto antes de bajar, Patrick se le adelantó y le dijo que lo esperaba en la sala, cuando el pelinegro bajó, Mikey también estaba en la sala, su rostro no tenía expresión alguna, con la cabeza recargada en el hombro de Ray y Patrick tomando su mano. Ambos preocupados por el estado del menor. Gerard se acercó a él con cuidado. Su hermano notó su presencia y enderezó la cabeza, Ray y Patrick entendieron y fueron a la cocina con los demás, dejándolos completamente solos.

—Mikes... vengo a disculparme.

Los ojos del pequeño castaño se estaban haciendo vidriosos otra vez. —M-me gritaste. —susurró con voz rota.

Gerard se sentó y tomó las mejillas contrarias. —Lo sé, y no debí hacerlo. Me sentía fatal y no es excusa, mi hermanito no debe soportar mis malas decisiones al expresarme, perdóname por favor. —rogó.

El castaño lo abrazó sin decir nada, y el mayor correspondió, se quedaron así un tiempo, ninguno pronunciaba vocablo alguno. Después de mucho, Mikey fue el primero en hablar. —Gee... —el mayor tarareó, dando a entender que lo escuchaba. —En serio quiero que seas feliz. —dijo mientras se separaba un poco del abrazo.

—Lo sé, y te lo agradezco. —habló el mayor y sonrió chiquito.

El menor regresó el gesto y después lo miró con más atención. —¿Qué te pasó en la cara?

—Ah, n-no es nada, Mikes.

—¿Te lastimaste otra vez? —su hermano no dijo nada, únicamente intentó bajar un poco más la cabeza. —Gee... ya hablamos de esto, no es sano... ni te lo mereces.

—Esque yo no lo controlo... sólo lo hago sin darme cuenta. —explicó.

Mikey suspiró. —Me siento culpable porque no estuve ahí para evitarlo.

—No te sientas así por eso. —dijo suavemente Gerard, queriendo volver al tema inicial. —¿Entonces me perdonas?

Mikey asintió, abrazando nuevamente a su hermano.

Fueron a la cocina con los demás, que ya solamente estaban platicando para matar el tiempo mientras esperaban a los hermanos Way para poder irse al cementerio.

Cuando llegaron ya estaba bastante oscuro, pasaron uno por uno y buscaron entre todos la tumba de Jon sin separarse en ningún momento, no querían que ninguno se perdiera, principalmente porque entre todos se conocen muy bien, y saben perfectamente que la mayoría es tan pendejo que con lugares así pueden perderse en dos minutos o menos, también porque necesitaban a Gerard, y a él no se le hacía agradable tener que estar viendo una que otra persona sin vida rondando por ahí.

—¿Ves a Jon en alguna parte, Gee? —preguntó Ryan.

—Mmm-mmm. —negó el mencionado.

Pete suspiró. —Sigamos buscando entonces.

Caminando un rato más, Tyler fue el que logró encontrarla primero, pero Gerard tampoco vio a Jon en ninguna parte.

—Creo que no está aquí. —dijo tímidamente. —No lo puedo ver, y se supone que casi nunca o nunca se mueven de un lugar.

—Entonces, hay una probabilidad de que él no divague por este camposanto... —objetó Dallon.

—Si no está aquí, ¿dónde más estaría? —preguntó Pete.

—¿El hospital? —dijo Josh.

—Gerard lo hubiera visto. —negó Andy.

—¿Su casa? —sugirió Ryan.

𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora