•.¸♡ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇᴄᴇ ♡¸.•

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Funcionó.

Joe volvió a tener pulso, respiraba entrecortadamente intentando recuperar aire, era algo casi imposible... Probablemente obra de un milagro, lo importante es que sobrevivió.

—Se lo dije, Bennington. —masculló el doctor Armstrong a su principiante mano derecha.

Salieron de la habitación y el enfermero Bennington se dirigió a la sala de espera para notificarle lo sucedido al pelirrojo.

Se acercó con poca seguridad al adolescente que estaba sentado y dándole la espalda. —Joven...—habló, llamando su atención.

—Andrew, —respondió el pelirrojo. —pero dígame Andy.

—De acuerdo, joven Andy.

—¿Y cómo se llama usted?

—Soy Chester Bennington, enfermero y mano derecha del doctor Armstrong.

—Disculpe, pero nunca lo había visto.

—Es porque soy nuevo, sólo llevo aquí un par de meses y me acaban de ascender a ser el ayudante del doctor.

—Oh, entiendo.

—Sí, pero no es el caso. Vine a decirle que su paciente ya está mejor y puede regresar a la habitación cuando guste.

—Gracias, señor Bennington.

—Para eso estoy.

La situación era todavía más delicada.
Era martes, Joe ya tenía poco más de cuatro meses sin despertar.

Habían ido a visitar a Joe todos los días sin falta, les preocupó bastante la noticia de que se había convulsionado, gracias al cielo después de ese día no volvió a pasar algo similar o más peligroso.

-漫~*'¨¯¨'*·舞~ ❀ ~舞*'¨¯¨'*·~漫-

Ya era descanso, y a esa hora ya no había nadie en los pasillos, pero ellos eran la excepción ya que al señorito Tyler se le ocurrió la gran idea de reacomodar su casillero, o "ponerlo coqueto" como él decía. Spencer, Patrick, Josh, Mikey, Pete y Dallon se quedaron a ayudarlo y los demás decidieron adelantarse al patio.

—Les prometo que no tardaré. —repetía Tyler. —Lo voy a poner di-vi-no, obviamente no tanto como yo porque duuuh, tardaría horas. —dijo mientras soltaba una risita. —Además es imposible, nadie es más divino que yo ¿verdad, Joshie?

—Verdad, Tyty. —le respondió Josh sosteniendo unos libros del morocho. —Tú eres el niño más lindo.

—Lo sé, querido. —dijo Tyler mientras colocaba sus manos sobre su cabeza simulando una corona.

Tardó quince minutos arreglando el casillero, cuando terminó dio un largo suspiro y lo cerró.

La cabeza de Mikey comenzó a dar vueltas, definitivamente no se sentía bien, no aguantó más y...

—Listo. —dijo Tyler con un tono de satisfacción. —Ahora sí ya podemos-. —no terminó la frase porque de su boca salió un grito de horror al presenciar a Mikey desplomándose en el suelo, gracias a eso (y al sonido que hizo el cuepo del castaño al caer) los demás reaccionaron, Josh comenzó a moverlo y a gritar su nombre con desesperación.

Tyler sacó un abanico y comenzó a darle aire.

—¿Dónde traías eso? —preguntó Patrick extrañado.

¿¡Crees que es momento para preguntar eso!? —contestó Tyler. —¿Bueno, qué esperan? Dally nene, ayúdame a darle aire a Mikey.

Dallon obedeció y comenzó a hacer aire con sus manos, dirigiéndolo a la cara del menor, pero en lugar de darle un poco de aire fue todo lo contrario, como si Dallon en lugar de sus manos hubiera usado una sopladora de hojas.

𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora