•.¸♡ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ sᴇsᴇɴᴛᴀ ʏ ᴛʀᴇs ♡¸.•

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Nunca es fácil, ¿quién dijo que es fácil?

¿Quién dijo que es fácil ser el hermano menor?

No es fácil soportar todos los días las suposiciones de los demás:

Por ser el menor no puedes opinar. Por ser el menor siempre serás más inmaduro. Tienes prohibido decir malas palabras porque eres el menor. El menor no puede ver películas subidas de tono. Por ser el menor eres el más mimado, al que le dan y le consienten todo. No sabes nada del mundo real, porque eres el hermano pequeño.

A todos se les olvida que tienes ojos. Oh, claro que los tienes. Y sabes todo lo que ocurre a tu alrededor, lo sabes bien, no puedes ignorarlo.

No puedes ignorar las voces, los gritos, los reclamos, el llanto... No puedes olvidar las peleas que tienen tus papás al menos una vez a la semana, casi que parece un programa en la televisión que se transmite todos los días a la misma hora.

No ignoras que tu abuela siempre trató de sacarlos de la casa e ir a otra parte para que tú y tu hermano crecieran en el ambiente más limpio posible, que ella siempre les enseñó la mayoría de las cosas que hasta ese momento sabían: les había enseñado a hablar bien, les había enseñado valores, a distinguir lo bueno de lo malo, lo sano de lo tóxico. Les enseñó a leer, a escribir, la aritmética básica, intentó enseñarles deportes pero tanto tú como tu hermano parecían tener dos pies izquierdos para cualquier cosa que involucrara una pelota, ¿pero la abuela en algún momento se rindió? por supuesto que no, a esa anciana lo que nunca se le acaba es la perseverancia, la paciencia y el amor a sus nietos, y no dudó en introducirlos al mundo del arte.

Ese mundo parecía encajar más con ustedes. Les enseñó a bailar, actuar, cantar y dibujar, las dos primeras se te dieron bastante bien rápidamente, pero a tu hermano le costó más el estar en constante movimiento. Al momento de dibujar se notó que a tu compañero de útero casi que sus manos habían estado destinadas para estar cerca de los colores, pinceles, plumones, brochas y de más, pues los usaba con una agilidad y una gracia fascinante, verlo dibujar era casi tan hermoso como sus dibujos mismos, y al momento de cantar te diste cuenta de que tu hermano tenía guardada muy en su interior una preciosa voz de ángel, tan suave o tan áspera como él quisiera que sonara. A pesar de eso, también sabes que es tan tímido que jamás verás a ese don salir a la luz con alguien más.

Metiéndose más en la música, claro que tu abuela les enseñó a tocar un instrumento, a ti se te dio bastante bien el bajo, aprendiste a tocarlo en una noche, mientras que tu hermano..., bueno, decir que dejar una guitarra en sus manos era catastrófico es poco. Sin embargo, logró aprender un poco mejor con una trompeta, no lo hizo de la noche a la mañana como tú, pero era un avance. Es por eso que te repetía constantemente la infinita admiración que te tenía. Misma admiración con la que en un futuro también veía a Ray y a Frank cuando los deleitaban a los dos con solos de guitarra impresionantes, y a pesar de ambos ser increíbles guitarristas, sus técnicas eran totalmente distintas: Ray pensaba bien sus acordes y su cabeza era la que controlaba sus manos. Esa precisión, velocidad, profesionalismo y tecnisismo que demostraba te hacía suspirar de sólo presenciarlo. Por eso amabas a Ray, por su serenidad, por tomarse el tiempo de pensar las cosas, por siempre tener soluciones incluso para los problemas que no las tenían.

Por el contrario, Frank era más descuidado, más libre y salvaje, su corazón era el que tomaba las riendas de sus manos y su cuerpo, dejándose llevar, sintiendo la música y no pensando mucho su siguiente movimiento.

Y ahí lo notabas, notabas esa mirada avellana oliva concentrada en la plumilla que sostenía Frank, notabas ese leve asombro que se dejaba apreciar cuando tu hermano alzaba ambas cejas y sus rosados labios formaban una pequeña "o". Pues claro, a él no se le daba la guitarra para nada, él sólo era una ''simple voz'' como solía llamarse a sí mismo.

𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora