Para la semana siguiente, cada quien ya tenía los días que se iban a quedar después de la escuela y quiénes les harían compañía acelerando el proceso como les pidieron. Habían durado ya con esa misma rutina por lo menos dos semanas y media. No obstante, a pesar de haber aumentado la guardia seguían sin encontrar nada, cosa que preocupaba a los gemelos y a todos los ángeles en general.
Bert era el que más productivo se mostraba con los niños, incluso quería ayudarlos a buscar y quedarse con ellos hasta tarde para hacerlos sentir protegidos y cuidarlos en caso de ellos necesitarlo, pero Rafael le recordaba que si intentaba ayudar iba a empeorar las cosas.
Por algo era que los ángeles no podían aportar de más a la búsqueda, y esa razón era que, si en caso de que encontraran algo, o a alguien, y ese alguien fuese un demonio, pondrían en riesgo sus identidades. No podían permitirse un error así cuando ya les faltaba tan poco.
—Son sólo niños, Rafael. —rogaba Bert. —No podemos exponerlos así.
—Entiendo tu impotencia, Sariel, —se mostraba comprensivo Chester cada vez que el ángel le pedía lo mismo conforme pasaban los días. —pero lo mejor que podemos hacer es no exponernos hasta que encuentren la entrada. Nosotros también fuimos esos niños, y ha habido millones de ellos desde hace eones, ahora es momento de cumplir con nuestra parte de este bucle infinito y no cometer un error que le puede costar al cielo entero o a ellos.
—Pero..., pero no es justo.
—Sariel, Sariel. —negaba el arcángel. —Siempre buscando la justicia del prójimo, igual que Raguel.
—¿Tal vez porque soy un angel de la justicia?, ¿igual que Raguel?
—Oh, sí. Podría ser eso.
—Hazte. —lo fulminó con la mirada.
—El punto es, Sariel; —regresó al tema inicial Chester. —que por más que queramos, no podemos ayudarlos. Ni siquiera yo siendo quien soy puedo meter mano ahí, Dios no me lo permite.
El ángel de cabellos largos suspiró rendido. —De acuerdo.
Ese inicio de semana les tocaba quedarse a Brendon, Patrick, Pete, Spencer y a Gerard.
Lo que hacían normalmente era volver a sus casas para comer algo y después regresar a la escuela, se les hacía más fácil además de que no preocupaban a sus papás..., aunque hubiese algunos progenitores que les importaba poco si sus hijos llegaban a casa.
Justo los hermanos Way y Frank estaban terminando de comer en casa de Ray junto con el mismo, habían retomado el hábito de comer juntos después de mucho tiempo de no hacerlo cuando empezaron a organizarse con los nuevos horarios vespertinos. Volvían a convivir un poco más y ser igual de unidos, aunque también Frank tenía que aguantar las cursilerías de Ray dándole de comer en la boca a Mikey y viceversa mientras Gerard reía por lo bajo con las caras de asco y disgusto que ponía, expresiones que exageraba más cuando los dos tórtolos decían o hacían cosas más melosas.
Ray planeaba dejar a Gerard en la escuela y después regresar para ayudar a Frank con su tarea de Cálculo, así que antes de llevarlo entre todos recogieron y limpiaron la mesa y la cocina. El rizado subió a su cuarto para cambiarse los zapatos y Mikey lo acompañó, los otros dos se quedaron en la sala mientras hacían memoria de los proyectos y tareas que tenían pendientes, pues entre los momentos pesados en la escuela por tanta carga laboral y sus problemas personales no sabían ni cómo mierda seguían con fuerzas. Gerard estaba recargado sobre el pecho de Frank mientras éste lo tenía rodeado con uno de sus brazos.
La plática quedó aparte cuando el castaño acomodó un mechón negro del contrario por detrás de su oreja, pues ya llevaba el largo de su cabello un par de centímetros más arriba de la mandíbula. Gerard comenzó a dejárselo crecer al descubrir que le gustaba un poco más así. Quiso que Frank también se lo dejara crecer, pero a diferencia suya, el más bajo siempre que un poco de cabello le estuviese estorbando en la cara ya tenía la máquina encendida para dejarse el cabello a ras. Claro que a Frank le gustaba el cabello largo de Gerard (por alguna inexplicable razón le resaltaba mucho los labios y hacía que su piel se viera más pálida), simplemente él sentía que ese estilo no le quedaba, además de contar con demasiados cuidados o tratamientos, y a él al momento de bañarse le gustaba pasarse la barra de jabón por la cabeza, tallarse el cuerpo, zonas íntimas, quitarse la poca barba que apenas le crecía y listo, no tenía el tiempo ni el dinero para comprar champús con más de una función, hidratantes, cremas para cabello y ampolletas para tener un cabello tan sano y bonito como el de su novio.
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𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠
Rastgeleᴜɴ ɢʀᴜᴘᴏ ᴅᴇ ᴀᴅᴏʟᴇsᴄᴇɴᴛᴇs ɴᴏʀᴍᴀʟᴇs sᴜғʀᴇɴ ᴜɴ ᴄᴀᴍʙɪᴏ ᴇxᴛʀᴀɴ̃ᴏ ᴇɴ sᴜ ᴀʙᴜʀʀɪᴅᴀ ᴠɪᴅᴀ, ᴏʙᴛɪᴇɴᴇɴ ᴜɴᴀ ᴇsᴘᴇᴄɪᴇ ᴅᴇ ᴘᴏᴅᴇʀᴇs ϙᴜᴇ ɴɪ sɪϙᴜɪᴇʀᴀ ᴇʟʟᴏs sᴀʙᴇɴ ᴅᴇ ᴅᴏ́ɴᴅᴇ sᴀʟɪᴇʀᴏɴ. ᴀʜᴏʀᴀ ᴛɪᴇɴᴇɴ ϙᴜᴇ ʟɪᴅɪᴀʀ ᴄᴏɴ ᴇsᴏ ʏ ᴄᴏɴ sᴜs ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀs ᴅᴇ ᴘᴜʙᴇʀᴛᴏs. •𝑴𝒖𝒍𝒕𝒊𝒔𝒉𝒊𝒑𝒑• ...