•.¸♡ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ♡¸.•

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Ni una hora llevaban viendo la película y Mikey ya estaba totalmente abrazado a Ray, mientras éste lo consolaba cuando pasaba una escena muy fuerte para él.

Pete intentó besar a Patrick, ya que no podía usar la excusa de abrazarlo por si tenía miedo, a Patrick no le daban miedo las películas de terror, tampoco era su género favorito pero podía soportarlas. El moreno tomó el hombro de su contrario para llamar su atención, cerró los ojos y se acercó lentamente esperando a que su novio correspondiese.

En lugar de eso sintió una papa frita en su boca. —Déjame ver la película en paz, prieto pendejo. —susurró Patrick.

—¿Tengo que morirme otra vez para que me des amor? —preguntó con ojos de cachorro.

Patrick sonrió y besó al moreno con cariño. —¿Feliz?

Pete asintió, el rubio le dio unas palmaditas en la mejilla y siguió viendo la película.

Tyler y Dallon se reían cada vez que había una escena de miedo, Josh intentaba no comer o beber nada para no atragantarse si se asustaba y Spencer procuraba no ver tanto la película, había leído por ahí que las películas de terror te mataban las neuronas y él no quería eso.

Con Joe no hubo mucho problema, prácticamente le dio tanto miedo la película que se quedó dormido.

No, yo tampoco sé cómo te puedes quedar dormido con una película que te da miedo, el caso es que el rizado dormía plácidamente en el hombro de Andy, a quien también le estaba ganando el sueño, pues ya eran las 2:30 a.m. y todavía faltaban dos películas más por ver, no debía dormirse ya que si lo hacía, los demás aprovecharían la tentadora oportunidad de dibujarles estupideces en la cara a Joe y a él.

Por el contrario, Gerard no podía estar más despierto. Cada que pasaba una escena de susto daba un respingo y cerraba los ojos, sus manos temblaban, definitivamente este tipo de películas no le ayudaban para nada a sus nervios.

Y se sentía todavía peor porque cuando ponían películas de terror normalmente él abrazaba a su hermano o a Patrick, pero al parecer los dos estaban ocupados con sus respectivas parejas.

Una o dos veces llegó a abrazar a Frank, pero eso era por culpa de Mikey que siempre se las arreglaba para juntar a su hermano con el castaño.

Jodido Mikey, incluso sin que él se lo hubiera dicho, el malnacido ya sabía que le gustaba Frank.

Sintió que alguien tocó su brazo con suavidad, de todos modos se asustó y casi grita, pero se dio cuenta de que sólo era Frank.

—¿Estás bien? —le susurró preocupado.

—S-sí... más o menos. —contestó mintiendo un poco.

—Uhm... ¿Quieres que te abrace? —preguntó con el mismo tono extendiendo sus brazos.

Gerard asintió con la cabeza tímidamente y se acercó un poco más a Frank, quien lo envolvió en un abrazo cálido.

Al pelinegro le dio un pequeño escalofrío que recorrió toda su espalda y sus cachetes no pudieron evitar ponerse colorados. Claro que había abrazado a Frank, millones de veces, incluso los besos en la frente o hasta en la mejilla eran algo normal entre ellos, pero había un calor diferente en ese tipo de abrazo, podía sentirlo. Sería raro decir que era la primera vez que sentía eso con Frank, había ocurrido otras dos veces más y ya, justamente siempre era el mismo tipo de abrazo el que le causaba cosquillas en la espalda; cuando Frank dejaba que la cabeza de Gerard reposara en su pecho en lugar de su hombro, pero tampoco se quejaba puesto que el propio Gerard sabía por de más el motivo de la reacción de su cuerpo a esa situación, estar en el pecho contrario lo hacía sentirse protegido y en paz, y era muy extraño en él poder encontrar esa sensación en una persona que no fuera su abuela o su hermano.

𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora