•.¸♡ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ y sɪᴇᴛᴇ ♡¸.•

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Un Tyler de cuatro años atrás se mostró caminando feliz a la casa de su mejor amigo, el morocho recordaba que justo ese día era cumpleaños de una tía de Josh y él le preguntó si quería acompañarlo, no tenía mucho que se había recuperado por completo de esa cosa de nombre confuso, y ahora Josh quería estar todavía más tiempo con Tyler para cuidar de él.

Caminó a la parada de autobús para llegar con Josh, el transporte tardó un poco, pero a Tyler no le importó, entró y saludó al conductor, este le regresó el saludo con un gesto de cabeza. Normalmente el conductor era alguien alegre que lo saludaría de una forma más amena, pero no pasó. El morocho pensó que seguramente tuvo un día malo y no le dio importancia, únicamente había otras tres personas dentro del autobús.

Se sentó en la parte de en medio y sacó su celular para escribirle un mensaje rápido a Josh, apagando y guardando el celular después para quedarse viendo los árboles por la ventana sin pensar algo sólidamente.

Salió de su corto trance cuando el autobús pasó de largo su parada y sintió una presencia demasiado cerca detrás suyo, volteó justo a tiempo para ver a un hombre con una bolsa de plástico en las manos, preparado para atacarlo, el menor se asustó y corrió al frente donde estaba el conductor, siendo perseguido por ese muchacho y por los otros dos, portaban una sonrisa siniestra y escalofriante.

—¡Charles, ayúdame! ¡quieren hacerme daño! —chilló asustado. —Déjame bajar.

El hombre lo miró unos segundos con la mirada perdida y siguió conduciendo con los ojos en el camino como si nada.

La bolsa de plástico fue colocada en su cabeza después de eso, provocando lloriqueos débiles y chillidos en el menor de edad.

—Si sigues tomando oxígeno para lloriquear, morirás más rápido. ¿Quieres eso? —habló alguien cerca de su cubierta oreja. Resultó efectivo, logrando que esos estresantes sonidos cesaran pero no las lágrimas, provocando que hiciera cada vez más calor en el interior de la bolsa. —No te asustes, ésto solamente es para que no reconozcas hacia dónde vamos, bonito.

Otro sujeto rió. —Espero se haya despedido de su familia, después de todo no la verá nunca más...

—¡Basta! ¡ya no quiero! ¡otra vez ese autobús no, por favor! ¡deja de hacerlo! —gemía desgarradoramente Tyler, quien seguía bajo los efectos del poder de Owen. —¡No me quiero acordar! ¡no me quiero acordar! —el pobre empezó a llorar, Owen se apartó y en ese mismo instante, Josh corrió a abrazarlo con fuerzas.

—Todo está bien, Ty. Ya no es real. —lo calmaba acariciando su pelo.

—¡Sí es real! ¡sí lo fue! —hipaba. —¡Estaba en ese maldito autobús otra vez!

—¿¡Qué mierda le hiciste!? —exclamó Andy furioso dirigiéndose a Owen.

—Le mostré su recuerdo más traumático. —resumió.

—¿No se supone que eres un ángel? los angeles no torturan gente.

—Nuestros dones no siempre son buenos, pero dependerá del uso que les des. Si yo usara mis dones para el mal, torturaría gente inocente. Pero normalmente los uso para defensa personal o castigar a las personas con oscuridad en su alma.

—¿Hay más... ángeles como ustedes? —preguntó Ray.

—Oh, sí que los hay. —sonrió Awsten.

—Les agradará conocerlos, son increíbles. O bueno...

—Shhh. —lo calló rápidamente su hermano. —Iremos por partes, hay muchas cosas que tenemos que explicarles. Y tenemos que empezar con lo importante. —Awsten suspiró. —Niños... tienen que cuidarse cada vez más. —explicó preocupado. —El mundo ya es peligroso, sí. Pero ahora será más para ustedes. Allá fuera hay gente mala que va a intentar hacerles daño, desaparecerlos o hasta matarlos si les es posible, y no estoy hablando de gente normal.

𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora