𝙰 𝚙𝚘𝚠𝚎𝚛𝚏𝚞𝚕 𝚌𝚛𝚎𝚠

•.¸♡ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴄɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴀ ʏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ ♡¸.•

Gerard recién salía de su clase de Inglés platicando con Joe, teniendo que dejar a medias su pequeño coloquio porque debían ir a sus casilleros a cambiar los cuadernos y tenían que tomar caminos distintos.

Caminando por el pasillo, escuchó algunos mugidos de vaca dirigidos a él por parte de un grupo de compañeros que iban pasando, seguido de unas risas cortas de algunos y miradas con molestia de otros, Gerard suspiró y parpadeó repetidas veces para evitar que se le cristalizaran más los ojos, odiaba ese tipo de atención en él, pero intentaba levantarse el ánimo solo, viendo que por lo menos no a todos les causaba gracia burlarse de su sobrepeso, pero de todas formas a los que les disgustaban ese tipo de bromas no hacían nada al respecto, y tampoco es como si estuviesen obligados a hacerlo.

El pelinegro caminó a un paso más acelerado hacia su casillero y dejó unos libros, sacando otros para Español y Matemáticas.

—Hola. —escuchó una voz detrás suya que sin esfuerzos reconoció, sonriendo de oreja a oreja al encontrarse con esos ojos pardos con destellos amarillos y viendo como se recargaba en los casilleros de al lado. Su mañana ya no era tan mala después de todo.

—Hola, Frankie. —saludó también, el castaño sonrió chiquito por el apodo.

—¿Todo bien? cuando venía para acá te vi más decaído. —observó preocupado. —¿No dormiste? ¿comiste antes de venir? si quieres podemos-.

—Estoy perfecto, no te preocupes. —lo cortó rápidamente queriendo olvidar lo que pasó. —Más porque estás aquí. —sonrió intentando disimular y Frank se acercó para besarlo, pero el pelinegro giró rápidamente el rostro para evitarlo. —Espera, recuerda que no nos pueden ver. —habló bajito mientras volteaba a todos lados buscando un rostro conocido y viendo al castaño hacer un leve puchero.

—Pero dijimos que era por el tema del señor Bern y ya les dijimos de eso. —reprochó triste. —Además... yo no veo a ninguno de los idiotas que tenemos de amigos cerca. —agregó esperando la reacción de su novio, el mencionado juntó las cejas y frunció los labios. —Uno chiquito, por favor. —rogó, pero el pelinegro mantenía su postura. —Será rápido, ni tú te darás cuenta. Tu casillero nos tapa. —seguía insistiendo.

Después de usar sus infalibles ojos de cachorro, Gerard negó divertido y jaló despacio a Frank más cerca de su casillero, dejando un pequeño pico en sus labios y viendo como el contrario sonreía. —¿Tanto berrinche por un beso, en serio?

Frank bajó la mirada apenado. —Es que te extrañé. —musitó provocando que el corazón de Gerard se acelerara y sonriera todavía más.

«Su sonrisa es tan bonita...» suspiró mentalmente el más bajo. —¿Qué clase tienes? —le preguntó Gerard.

—Matemáticas, ¿tú?

—Español, pero me toca matemáticas después.

—¿Te puedo acompañar o también me vas a poner peros para eso? —preguntó burlón.

—Tampoco exageres. —volvió a sonreír casi llegando a una leve risa. —Nos vamos a ver sospechosos si nos ven muy distanciados. —dijo mientras cerraba su casillero y caminaban escaleras arriba a la clase de Español.

Terminando de subir, se encontraron con Patrick y Pete, el rubio con el brazo del moreno alrededor de su cuello. —Justamente los estábamos buscando. —dijo Pete soltando a Patrick y caminando del lado de Frank mientras Patrick se ponía del lado de Gerard.

—¿En serio? —preguntó Gerard. —Que yo recuerde no tenemos ningún proyecto o trabajo pendiente.

—No es por proyectos, es por otra cosa que necesitamos aclarar con ustedes. —contestó Patrick haciendo leves movimientos de cabeza para comunicarse con Pete.