Kyle
Había llegado caída la tarde. Apenas se iba ocultando el sol, pero las calles ya se encontraban prácticamente vacías. Solo a lo lejos podían escucharse las voces de personas que iban caminando por las aceras, pero el viento que soplaba apagaba cualquier rastro de ellas, al tiempo que él mismo llenaba sus pulmones con la brisa fría y terminaba por congelar tanto la punta de su nariz como su interior.
Porque quería creer que ese frío que sentía era por el clima y no por un corazón roto.
Se encontraba de pie frente a los apartamentos. Era una edificación simple, de dos pisos, casi como una casa doble. Se miraba bien cuidado e incluso pintoresco, ya que tenía un pequeño jardín al frente, aunque bloqueado con una reja que a simple vista podía verse que no estaba cerrada.
Se volvió a su perro, el cual se encontraba tranquilamente sentado a su lado, esperando que su sueño finalmente diera un paso hacia su nueva vida. Él iba con una caja ya en manos y la llave colgando de los dedos, la cual había tenido que pasar a recoger al taller, el cual estaba a no más de diez minutos caminando.
El trayecto le había parecido irreal. No solo desde su nuevo trabajo a su nuevo hogar, sino todo el camino desde su antigua vida a la nueva.
Aún no podía creer que lo había dejado todo.
Que lo había dejado a él.
Tragó saliva y dio el paso decisivo. No podía volver atrás, no podía desmoronarse ahí en la entrada. Debía seguir caminando.
Subió por las escaleras externas que daban directamente con su apartamento y no esperó en ingresar la llave y abrir la puerta. Dejó la caja en el suelo y se tomó unos segundos para admirar el lugar.
Estaba vacío, ya que Kyle había dicho que no era necesario que la tuvieran amueblada para su llegada. Él ya conseguiría sus propias cosas, así que guardaron todas las que tenía el departamento en un depósito, dejándole solo una mesa para cuatro personas, un par de libreras dispuestas en lo que sería la sala de estar, una televisión un poco vieja y unos cuantos marcos en la pared.
Era espacioso sí, pero desde la puerta se podía ver todo. A la izquierda estaba lo que se suponía era el comedor, el cual se veía vacío debido a la pequeña mesa. Frente al comedor estaba la cocina ya equipada, suficientemente grande para alguien quien no se pasaba mucho tiempo ahí metido, el resto era lo que podía decirse la sala de estar y del lado izquierdo un pequeño pasillo que daba a la única habitación con su propio baño. A pesar de que aún no había entrado a esta, sabía que ahí se encontraba su cama, la cual le había pedido a su madre que la trajera tres días atrás, junto con otro par de cajas, así Kyle podría viajar más ligero cuando se mudara.
Fender dio varias vueltas por el lugar, asomando su hocico por entre las cortinas de las ventanas. Claramente le gustaba, considerando que era más grande que el remolque en el que había estado viviendo solo unas cuantas semanas.
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Collide
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE THE CRASH Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...