Kyle
Flowers in the Attic por The Funeral Portrait sonaba con fuerza por las bocinas del apartamento y la guitarra eléctrica y la batería le hacían hasta casi imposible escuchar sus propios pensamientos, lo cual estaba bien, porque en aquel momento lo único que quería hacer era despejarse un poco. Siempre le hacía bien dejar la mente en blanco por un rato.
En ese momento se encontraba organizando sus discos que ocupaban un estante detrás del sofá negro de la sala de estar, tanto los de vinilo como los normales. Estos habían estado desparramados por la repisa desde hacía un mes, pero no había tenido las fuerzas de voluntad para sacar toda su colección y volverlos a ordenar.
Apenas iba por la mitad cuando unos golpes a su puerta lo sobresaltaron, más por el hecho de haber estado concentrado y no porque no se los esperaba. Sabía perfectamente quien era.
Pasó al lado de Fender, quien dormía plácidamente en el suelo. Últimamente al can le gustaba caer dormido en cualquier parte del apartamento. Kyle supuso que era porque se había acostumbrado al lugar, y porque podía dormir en donde fuera sin que nadie lo molestara.
A pesar de que no estaba en sus intenciones, Kyle se echó un leve vistazo en el pequeño espejo colgado al lado de la puerta, algo que a veces hacía sin darse cuenta desde que decidió dejarse el cabello más largo de lo que acostumbraba. Ahora le caía sobre los ojos verdes y se le ondulaba ligeramente, por lo que en muchas ocasiones lo encontraba hecho un desastre. Tal vez por eso había acostumbrado a echarse un ojo en el espejo, solo para asegurarse de no pasar vergüenza por su cabello.
Al nomás abrir la puerta, unos brazos se lanzaron a su cuello, seguido de un grito agudo y breve. Kyle se tambaleó un poco por la sorpresa. No se esperaba tanta emoción de parte de la chica, solo habían dejado de verse unas cuantas semanas.
—Am... ¿Sally? —la llamó cuando se dio cuenta que no lo soltaba.
—No seas un amargado, Kyle, aunque sea devuélveme el gesto —le dijo un poco más molesta de lo que esperaba.
Kyle se movió incómodo, pero no dijo nada.
—Ugh, está bien —la chica por fin lo soltó—. Pero un día de estos tendrás que hacerlo, no puedes pasar toda la vida evitando abrazar a las personas.
—Te sorprenderá escucharlo, Sal, pero no todo en la vida se resuelve con abrazos —bromeó cuando la chica comenzaba a entrar al apartamento.
Sally era una chica increíblemente simpática y bastante amable. Era curiosa y le gustaba saber cosas de las personas que la rodeaban, pero conocía sus límites y si había algo que no quisieras contarle, ella lo entendía a la perfección. Esa había sido una de las cosas que lo acercaron más a la chica. Podía pasar horas con ella sin tener que mencionar su pasado y, en las primeras semanas de conocerse, eso era lo único que Kyle quería.
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Collide
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE THE CRASH Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...