SEGUNDA PARTE DE THE CRASH
Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...
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Dylan
Un año y seis meses después...
El sentimiento de surrealismo que esperaba al entrar a la universidad fue incluso mayor al que imaginaba. Era decir, todas las personas que verían serían desconocidas, gente que no tenía ni idea de quién era Dylan Carter ni por lo que había tenido que pasar. Los únicos que sabían todo sobre él eran sus amigos, quienes habían decidido estudiar en la misma universidad. Nadie había sido obligado a nada, pero aparentemente era imposible separar a ese pequeño grupo de adolescentes, lo cual hacía que su sentimiento de estar viviendo en una fantasía fuera más fuerte. Todos decían que luego de salir de la secundaria, se perdían amigos, todos se olvidaban de todos y las cosas ya nunca eran igual. Sin embargo, separarse y dejar de frecuentarse nunca había sido opción para ellos.
Trevor y Dylan habían tenido la oportunidad de aplicara una beca de lacrosse, pero ambos decidieron estudiar por su cuenta. Al castaño le había sorprendido la decisión de su amigo. Era decir, él sabía que el deporte había terminado siendo más un pasatiempo que su futura carrera, por lo cual se esperaba que no se fuera a la universidad a seguir jugando. Aparentemente las razones de Trevor no eran muy diferentes. Aun así, su amigo había logrado una beca completa para estudiar Arquitectura, ya que sus notas siempre se mantuvieron altas.
Dylan no tuvo tanta suerte y, aunque sus padres le habían dicho que tenían suficiente para sus estudios, aun así decidió tomar un trabajo para poder aportar un poco. Había estado trabajando en una tienda de música. La paga no era excepcional, pero había estado bien y logró ahorrar bastante. Ahora apenas si podía creer que de verdad hubiese entrado a la universidad a estudiar Psicología.
Antes, Baverly era la que deseaba estudiar aquello. Dylan recordaba muy bien cómo la chica le comentaba que le gustaba la idea de poder entender por qué las personas hacen lo que hacen cuando ni ellas mismas lo entendían. Le interesaba entender el comportamiento humano y, claro, le encantaba leer a las personas solo por su forma de hablar o de vestir. Al principio, el castaño no entendía cuál era toda la emoción por Psicología, pero luego de haber recibido una clase en la escuela, se dio cuenta que aquello era interesante.
Nora, por el otro lado, había decidido estudiar Negocios, una pasión que encontró al estar trabajando de camarera.
Y, claro, el nuevo integrante del grupo, Erick, se había decidido por Derecho.
Ese día regresaban de sus vacaciones de verano, por lo cual tenía un par de días tranquilos por delante, antes de que las clases comenzaran a ponerse pesadas, con todos los exámenes, lecturas y trabajos que tanto le habían comentado.
En ese momento se encontraba caminando por el campus, el cuál era bastante grande y ya abarrotado de estudiantes, casi todos con maletas. Algunos parecían estar rencontrándose con viejos compañeros, otros parecían estar despidiéndose de las personas que los habían llevado hasta ahí y algunos, como Dylan, parecían estar perdidos sobre a dónde debían dirigirse.