SEGUNDA PARTE DE THE CRASH
Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...
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Kyle
Lo cierto es que la banda tocaba bien. Algunas de sus canciones eran covers, otras no podría decir con seguridad si eran originales, ya que de por sí no las conocía. Pero el cantante tenía una buena voz y los demás miembros se veían completamente entusiasmados en el escenario.
A pesar de que cuando habían entrado todavía no estaba lleno, en aquel momento sí parecía haber una cantidad infinita de personas. Tal vez los chicos de la banda eran reconocidos por esos alrededores.
Kyle y Isaac habían hablado poco desde que empezaron a tocar, nada más un par de frases entre cada canción, la mayoría simplemente elogiando el desempeño de los chicos ahí arriba. Sin embargo, no se había vuelto algo incómodo, simplemente algo casual. Lo que debió darle una alerta roja al de ojos verdes, porque no se suponía que fuera algo casual. Era una cita, debía ser algo más que una salida entre amigos. Sin embargo, él no tenía ni idea de cómo mantenerlo en ese plan.
Se dijo a sí mismo que esperaría a que la banda dejara de tocar para pensar en algo. De cualquier modo, en ese momento no podía hacer nada mayor.
Pero debió hacerlo. Debió intentar desde un principio que aquello se mantuviera como una cita, porque el cruel destino decidió que no le daría otra oportunidad.
Como mencionó antes, el lugar estaba a rebosar de personas, porque seguramente la banda era famosa en la ciudad, por lo tanto, vio a varias personas que conocía. Algunos chicos del taller, Isaac saludó a otros que parecían ser sus compañeros de carrera. También vieron a Sally y a Marcus, pero ellos solo pasaron a saludar y luego se marcharon a hacer sus propias cosas, ya que ellos sí sabían cómo una cita debía ir.
Y, como si no fuera de esperarse, Kyle también logró divisar a otras personas que solo significarían problemas para él. Al principio solo había visto la cabellera rubia de Nora y los risos de Trevor y pensó —o más bien, rogó—,porque aquellos dos también estuvieran en una cita y hubiesen ido solos. Y sí, lo estaban, pero en una cita doble.
No tardó mucho en divisar a Erick y a Dylan. Maldijo por lo bajo, pero aparentemente no lo suficientemente bajo para evitar llamar la atención de su acompañante.
—¿Pasa algo? —preguntó Isaac, dedicándole su completa atención.
—Lo siento, en serio, no sabía que estarían aquí —dijo, mientras señalaba con la mirada a los dos muchachos que se habían depositado en una mesa no muy alejada de ellos dos.
Cuando su amigo desvió la mirada a la otra pareja, Kyle no pudo evitar notar cómo sus puños se cerraban con fuerza sobre la mesa.
—Está bien, no creo que noten que estamos aquí —siguió hablando el de ojos verdes, mientras intentaba atraer nuevamente la atención del pelinegro.
Isaac no era de los que explotaban, pero eso no quería decir que no contuviera mucho enojo. Y, por la mirada oscura que le dedicó por una fracción de segundo, Kyle supo que estaba conteniendo mucho. Sin embargo, el chico se relajó cuando el de ojos verdes le sonrió e hicieron el trato de intentar ignorar la presencia de su exnovio. No iba a ser fácil, pero podían intentarlo.