Kyle
El resto de la semana y media fue relativamente tranquila. Lo que le había dicho Isaac era cierto, no necesitaba tantos cuidados porque su brazo roto no era el dominante, así que tenía bastante movilidad, por lo que siguió trabajando con Kyle en el taller. Algo que el de ojos verdes sí se dio el lujo de hacer, fue evitar dejarlo solo mientras revisaban nuevamente el motor del Jeep. Le divertía ver cómo Isaac se molestaba cuando lo trataba como un niño que necesitaba supervisión.
Durante esos días, su amigo le comentó que habría una fiesta el viernes por parte de la facultad de Arquitectura y que debían ir sí o sí. Kyle, como siempre, se negó mucho al principio. A pesar de que sus habilidades sociales habían mejorado un poco, no quitaba que fuera socialmente raro. Sin Isaac o sin Sally, él simplemente no podría encajar en una fiesta, sobre todo porque no le gustaba beber más de una cerveza y porque ya no fumaba, así que ni siquiera podía quedarse en una esquina simplemente pasando el rato sin verse extraño.
Aun así, aceptó cuando Sally le insistió por teléfono el viernes en la tarde. Era justo decir que siempre terminaba cediendo ante la petición de sus amigos, algo de lo que el viejo Kyle estaría decepcionado.
Su amiga pasó a buscarlo cerca de las ocho de la noche, mientras que Isaac había mandado un mensaje de que los vería en la casa en donde sería la fiesta.
Lo primero que lo recibió en la entrada de aquella casa fue la estridente música, la cual incluso había escuchado desde una calle atrás. En las bocinas resonaba música popular, de esa que Kyle tanto detestaba escuchar por su falta de sentimiento y pidió que no fuera lo único que pusieran en toda la noche. Al pasar una hora cambiaron la música, solo para poner electrónica y ahora el de ojos verdes no sabía cuál hubiese sido el menor de los males.
—Realmente odias las fiestas, ¿verdad? —le preguntó Sally mientras le extendía un vaso plástico únicamente con soda.
—Es algo que nunca entendí, a decir verdad —se encogió de hombros, caminando por entre las personas para encontrar un lugar cómodo para hablar—. Se supone que cuando eres joven, todo lo que quieres es divertirte, experimentar cosas nuevas, conocer diferentes personas... pero yo solo quería estar solo en mi habitación con la música a todo lo que da.
Sally sonrió.
—Eres todo un enigma, Kyle, te lo prometo...
Justo en aquel momento, Isaac los divisó del otro lado de la estancia y se acercó a ellos con una gran sonrisa en el rostro, saludándolos con la mano rota.
—¡Los estuve buscando por todos lados! —les dijo, alzando la voz sobre la música, aunque en el lugar en donde estaban no era tan necesario.
—Pues nos encuentras tarde, porque ya tengo que irme —le reclamó Sally.
Kyle la miró confundido.
—¿Desde cuándo te vas tan temprano de una fiesta? —se atrevió a preguntar.
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Collide
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE THE CRASH Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...