Y en su regazo...

4 2 0
                                    

Dylan 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dylan 

Cuando Erick lo llamó ese día, justo cuando estaba por darle la noticia a sus amigos sobre su relación con Kyle, repentinamente sintió un hueco en el estómago. No sabía por qué, a decir verdad, porque parte de ese hueco estaba intentando hacerse pasar por culpa. Pero aquello era ridículo, ¿por qué sentiría culpa? Era decir, a pesar de que podía verse de esa forma desde otros ojos, él no había dejado a Erick por Kyle.

El castaño había terminado la relación con el otro chico porque él simplemente no se sentía cómodo, porque sabía que no fue un buen novio para Erick y porque sus sentimientos, para muy a pesar del rubio, no iban en la misma dirección. No podía seguir intentándolo si en su corazón sabía que no iba a poder quererlo de la misma manera.

Aunque, pensándolo de cierta forma, tal vez sí había terminado con Erick por Kyle. No porque quisiera reemplazarlo, sino porque se había dado cuenta que no lograría sentir por él lo que siempre sintió por el de ojos verdes. Quizá era aquello lo que lo llenaba de culpa. Y sabía que el tiempo entre su ruptura con el rubio y su nueva relación con Kyle era muy poco. Le hubiese gustado esperar un poco más, porque le hubiese gustado poder haberse sentido mucho mejor consigo mismo para ir a buscar al de ojos vedes. Sin embargo, estuvo a punto de perderlo. No podía pedirle que lo esperara un poco más y Dylan definitivamente no podía dejarlo ir.

Los dos se querían. Se amaban demasiado como para no luchar por esa relación.

Y con todo eso en mente, cuando contestó la llamada, lo hizo realmente nervioso. Tanto que ni siquiera pudo articular un «hola», pero el silencio detrás de la línea hizo que Erick se percatara que había atendido.

—¿Hola? ¿Dylan?

El mencionado carraspeó.

—Erick... hola —sí, lo único que se le ocurrió decir.

El chico pareció suspirar de alivio.

—Vaya... la verdad es que no sabía si ibas a contestar.

Dylan rio un poco.

—¿Por qué? No es como si nos odiáramos.

—Lo sé, lo sé... es solo que... no terminamos en las mejores condiciones —resaltó el chico, bajando un poco su tono de voz—. Y, es por eso que te llamaba. Sé que han pasado dos meses, pero me gustaría que habláramos sobre eso. Debí preguntarlo desde antes, pero la verdad es que no sabía cómo hacerlo.

El castaño se movió un poco incómodo.

—Lo cierto es que yo tampoco sabía cómo y nunca quise que nos quedáramos en esas condiciones.

Escuchó un suspiro del otro lado del teléfono, probablemente de alivio.

—¿Crees que podamos vernos pronto? Puede ser en el lugar que escojas...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CollideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora