Kyle
Cuando vio a Dylan marcharse finalmente, sintió que podía volver a respirar. Soltó todo el aire en sus pulmones, al tiempo que su cuerpo entero comenzaba a relajarse. Había logrado fingir todo ese rato, pero no creía que podía seguir con la mentira por mucho más tiempo.
Él le había dicho al castaño que no lo acompañara y no, no era porque no lo quisiera a su lado. Kyle se moría por tener a Dylan cerca en aquel momento, quería que este le tomara las manos y le dijera que no iba a dejarlo solo por ninguna circunstancia. Pero ese era el problema. Le había pedido que no fuera porque no se creía capaz de controlarse... y vaya que tuvo que usar todas las fuerzas del universo por no echársele encima, abrazarlo y besarlo. Quería y necesitaba sentir esa misma calidez que sintió cuando el castaño lo tomó del brazo para llamar su atención, de vuelta en su habitación, cuando creyó que estaba por caer al abismo.
Sin embargo, parecía que su sufrimiento había valido la pena, porque al fin habían salido de aquella guerra nuclear en la que se encontraban desde su reencuentro. Tal vez no lograría recuperar a Dylan como él quisiera, pero al menos volvía a ser parte de su vida. Por más mínima que sea su presencia, tenerlo con esa escasa fracción era más que gratificante. No serían amigos como antes, eso estaba claro, pero tampoco tenían que discutir siempre que se veían.
Se dio la vuelta, encontrándose con la mirada de preocupación de Isaac.
—Sé lo que dirás —comenzó a hablar Kyle—. De que solo me estoy haciendo daño, que debería dejar las cosas claras antes de cometer una locura como esta, pero... Dylan fue mi primero amigo, Isaac. Saber que eso no se ha perdido es lo único que necesito.
El chico respiró hondo, pero cambió su semblante serio a una sonrisa cálida.
—No soy nadie para decirte qué hacer, Kyle —sonrió más ampliamente—. Mientras tú te sientas bien, creo que podré soportarlo.
Kyle también sonrió de la mejor manera que pudo, agradeciéndole internamente a Isaac por ser un estupendo amigo. De verdad no podía entenderlo, ¿cómo era que ese chico podía tener un corazón tan noble?
—Sabes, Isaac, tú también puedes irte —dijo luego de recordar que el muchacho lo tuvo que aguantar durante toda la tarde—. Yo me quedaré con mi madre esta noche.
—Bueno, pues me quedo contigo —aseguró, como si no hubiese nada que argumentar al respecto.
—No es necesario. Ya has hecho bastante por mí hoy —fue a tomar el hombro del pelinegro para darle un apretón—. Además, mañana tienes clases temprano.
—Kyle, no pienso dejarte por hoy, ¿comprendes? —Isaac se encogió de hombros—. Y por mis clases no te preocupes. Puedo faltar un día.
—Isaac...
—Deja de encontrar excusas y solo deja que me quede.
Kyle soltó todo el aire en sus pulmones, sintiendo el alivio recorrer su cuerpo. Realmente no quería quedarse solo, pero la parte de él que no podía dejarse expuesto seguía presente. Simplemente se le hacía difícil verse vulnerable ante las personas. Aunque, luego de esa tarde, cuando la noticia de su madre en el hospital lo llevó hasta el borde del abismo, no podía decir que jamás se había mostrado de esa manera frente a sus amigos.
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Collide
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE THE CRASH Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...