SEGUNDA PARTE DE THE CRASH
Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...
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Dylan
Había decidido tomar el día del sábado para adelantar un poco las asignaturas de la siguiente semana, por lo que no habló con Erick hasta entrada la tarde. A pesar de que estaba un poco cansado por haber estudiado todo el día, su novio lo convenció para ir a su apartamento y pasar tiempo juntos.
Cuando llegó, el chico ya lo estaba esperando con la cena lista. Compartieron un momento bastante agradable, lo suficiente para que Dylan pudiera olvidar su decaimiento de los últimos días. Porque sí, el hecho de que Kyle le hubiese confirmado que no podían ser amigos lo había dejado más roto de lo que creyó.
Sí, el que había dicho en primer lugar que no podían volver a lo de antes había sido Dylan, pero lo cierto era que ya se había hecho la idea de poder contar con el de ojos verdes otra vez, aunque fuera solo para una salida casual. Dylan ya lo había perdido una vez y, ahora que había tenido oportunidad de mantenerlo en su vida, no podía creer que la hubiese desperdiciado. A pesar de que no sabía qué era lo que sentía por el chico en ese momento, sí podía decir que lo extrañaba. Era decir, con Kyle se entendía a la perfección. Siempre había sido una buena compañía.
Los dos chicos terminaron en el sofá y Erick se encargó de poner una película a la que Dylan no le podía prestar mucha atención, pero eso no importaba, porque solo le bastaba con estar entre los brazos de este y su noche estaría resuelta.
La película no duraba mucho y, cuando terminó, Dylan sabía que Erick haría ademán de levantarse del sofá, por lo que se acomodó un poco mejor en su pecho, evitando su partida.
Sabía lo sospechoso que era eso, pero realmente no quería que el rubio abandonara su lado. Estar con Erick siempre le generaba un sentimiento cálido y de bienestar. Si este se alejaba, seguro Dylan volvería a caer en la espiral del arrepentimiento. Estaba consciente de que no era justo, ¿mantener a Erick cerca para evitar pensar en su conversación con Kyle? Aquello era muy bajo, pero se había convencido a sí mismo que no era ese el asunto. Dylan se sentía decaído y quería estar con su novio, porque su novio siempre lo hacía sentir mejor.
Todo esto no le pasó por alto a Erick, obviamente.
—¿Estas bien, cariño? —le preguntó el chico mientras lo abrazaba con más fuerza.
—Sí, es solo que te extrañé durante el día —eso no era una mentira.
—¿Estás seguro que solo es eso? Porque te he visto un poco distraído estos días —su voz tomó un tono risueño, como intentando aligerar el ambiente.
Dylan simplemente le sonrió mientras asentía y le dio un beso en la mejilla, para volver a dejar caer su cabeza en el pecho de este.
—Aunque me gustaría mucho creer que realmente es porque me extrañas —comenzó a decir el chico, incorporándose en el sofá lentamente—, sé que hay algo que no me estás contando. Pero no te preocupes, entiendo si no tienes ánimo de hablar sobre eso. Aun así, no me gusta verte de esta manera, por lo que te traje algo especial.