SEGUNDA PARTE DE THE CRASH
Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...
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Kyle
Intentar convencer a Sally que aquel beso había sido solo actuación, fue una completa pérdida de tiempo. Isaac había insistido en que solo querían darle a entender a Max que Kyle no estaba interesado.
—¿Y entonces por qué le devolviste el beso? —preguntó, dirigiéndose al de ojos verdes. Claramente quería fingir que estaba molesta, pero la sonrisa se le asomaba cada tanto, y Kyle solo podía pensar cuando Isaac le había comentado que su prima sospechaba que había algo de por medio en esa amistad.
—¡Soy gay, Sally! Y Isaac es un chico atractivo, ¿qué esperabas? —intentó apoyar a su amigo, pero ni siquiera eso había funcionado.
A pesar de que sus amigos se habían ido luego de tener aquella conversación, Isaac le escribió al día siguiente, explicándole que ahora Sally estaba al tanto de su enamoramiento por Kyle y todo lo demás. Al de ojos verdes no le importó, de cualquier manera, la chica era su mejor amiga y ella debía saber lo que había ocurrido entre él y su primo.
En los siguientes días, Isaac había cumplido su promesa y no mencionó nada acerca del beso, ni siquiera Sally lo hizo, por lo cual su dinámica seguía siendo la misma.
Había sido un buen cumpleaños, pero Kyle debía admitir algo que estuvo rondando en su cabeza todo el día.
Ahora que estaban en una tregua con Dylan, realmente creyó que el castaño le desearía un feliz cumpleaños. No esperaba gran cosa, obviamente, tal vez solo un mensaje o una llamada. Sin embargo, no podía culparlo, había pasado mucho tiempo y seguramente no recordaba la fecha. Cabía decir que el único cumpleaños en donde ambos estuvieron presentes fue cuando Kyle cumplía diecinueve años y no había sido un día muy placentero para los dos.
Incluso pasó una semana sin saber nada del castaño. Aunque durante esos días se dio diversos golpes en la cabeza, reprendiéndose a sí mismo por esperar por lo menos un mensaje. Que estuvieran en tregua tampoco quería decir que volvieran a ser buenos amigos. Honestamente, Kyle debía estar satisfecho con simplemente saber que Dylan estaba bien. Lo había visto solo una vez, a lo lejos, cuando iba de camino a la abarrotería.
Ese día, el castaño iba de la mano con su novio, mientras que en las otras sostenían unos batidos. Saliendo del local incluso los vio besándose y tuvo que apartar rápidamente la mirada y entrar a la tienda. No soportaba ni siquiera pensar que Dylan estaba besando a otra persona.
No fue hasta el siguiente viernes en que el universo puso a Dylan en su camino. Sin embargo, de la manera menos esperada posible.
Ese día había pedido salir incluso más temprano del trabajo. Él tenía esos beneficios gracias a sus horas extra que pasaba en el taller, las cuales solo hacía cuando quería despejar su mente. Para él aquello ni siquiera era trabajo, solo distracción, pero su jefe lo consideraba como un modelo ejemplar.
