Historias

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Kyle 

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Kyle 

No recordaba si alguna vez había admitido aquello tan concretamente. Era decir, siempre pensaba en Dylan como el amor de su vida, pero que alguien fuera el amor de tu vida, ¿quería decir que lo seguirías amando sin importar nada o que, simplemente sabes que nunca sentirás algo igual por otra persona, aunque hayas seguido adelante? Bueno, no importaba nada de eso, lo único que importaba era que Kyle finalmente había expresado lo que lo venía agobiando por demasiado tiempo.

Él aún amaba a Dylan Carter con todo su corazón. Sus sentimientos no habían cambiado en el año y medio que estuvieron separados y dudaba que alguna vez fueran a hacerlo. Estos solo se habían quedado... dormidos, como mecanismo de defensa para no sentir tanto el dolor de no tenerlo consigo. Pero ahora Dylan había regresado a su vida y después de aquella conversación, se había dado cuenta de lo increíblemente idiota que sería si no hacía algo para demostrarle que aún lo quería con la misma intensidad.

Era cierto que había dicho que, aunque de poder hacerlo, no cambiaría las cosas. Pero había mentido. Había mentido tan descaradamente. ¡Claro que cambiaría las cosas si tuviera la oportunidad! Su corazón anhelaba a Dylan Carter y sabía que aún en el fondo, el chico todavía sentía algo por él. O al menos eso quería creer él. Sus palabras le habían dado un poco de esperanza.

Erick era un buen chico, claro estaba y sí parecía apreciar mucho a Dylan, pero Kyle sabía que lo que él y el castaño compartían sobrepasaba cualquier otra cosa. Había tomado una decisión.

Iba a recuperar a Dylan.

A pesar de que la idea de recuperar al amor de su vida volvía a darle fuerzas para levantarse por la mañana, el hecho de no tener ni idea de cómo hacerlo parecía ponerle pesas en los tobillos, intentando que cayera de nuevo al suelo. Aun así intentó mantener la misma actitud que llevaba desde hacía días porque, pese a que confiaba mucho en sus amigos, no quería ponerlos al tanto de su decisión. Si lo hacía, estos empezarían a formar todo un complot para ayudarlo y lo cierto era que Kyle quería hacerlo por su cuenta.

Ya había enamorado a Dylan una vez, aunque no estaba muy seguro de cómo lo había logrado, pero podía volver a hacerlo. Estaba seguro.

Casi seguro.

Esa mañana de miércoles había sido tranquila, casi como los últimos dos días, pero toda esa tranquilidad terminaba cuando Isaac se aparecía a media tarde para seguir con su «entrenamiento». No era que el chico fuera molesto, para nada, pero terminó haciendo los días de Kyle un poco más movidos y, en cierta manera, animados. El chico aprendía rápido como había asegurado y cada tanto hacía un par de bromas que, por sutiles que fueran, de hecho, lo hacían reír.

Su amigo tenía ese extraño efecto en él. Ninguno de los dos era lo que podían decir «animados», pero su personalidad introvertida parecía congeniar a la perfección con la de Isaac, aunque Kyle aún no podía descifrar si esta era introvertida o extrovertida. Hacía cosas que él prefería solo ver, tenía facilidad para hablar con las personas, pero no era que le gustara llamar la atención, aunque su forma de vestir de «chico malo» decía lo contrario. Y, mientras más pensaba en eso, más difícil le era descifrar al chico, así que en muchas ocasiones dejaba de intentarlo y se conformaba con su compañía.

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