Dylan
¿Qué cómo lo llevaba?
Pésimo.
Se lo tenía merecido. Todo el silencio que Erick le dedicaba se lo tenía merecido. No había respondido ni sus llamadas ni sus mensajes y lo había pasado de largo en un par de ocasiones, cuando se encontraban ambos en la cafetería de la universidad.
Dylan había querido ir a buscarlo tanto a sus clases como a su apartamento, pero el comentario de su novio cuando le dijo que no se apareciera hasta tener aquello tan importante que lo hizo abandonar su cita, no dejaba de rondar en su cabeza.
Trevor incluso le preguntó al castaño por qué no simplemente le daba una explicación al rubio, y luego, cuando tuviera los videos, se los enseñaba. Obviamente esa era la mejor solución, pero Dylan realmente no quería contarle todo el asunto de su madre sin ese material. Muy bien cualquiera podría decirle que solo estaba buscando excusas para retrasar la inminente discusión y sí, tal vez era cierto. Pero también era cierto que el castaño no hablaba de su madre sin tener algo especial de ella presente. Cuando hablaba de Madeline, le gustaba tener algo que lo hiciera sentirse más cerca de ella.
Esos días el cielo se había nublado un poco, como si el mundo supiera lo miserable que se sentía Dylan y solo quisiera hacerlo sentir peor. Seguramente ese día llovería y el castaño solo podía pensar en que estaría encerrado en su dormitorio deseando estar con Erick para que lo abrazara y le quitara el frío con besos.
Sin embargo, el mundo parecía ir tanto a su favor como en su contra.
Ese día solía terminar sus clases temprano, pero había quedado con unos compañeros para comenzar un trabajo que se entregaría la semana siguiente. A pesar de que Dylan no podía dejar de pensar en sus problemas personales, logró ser de utilidad al grupo y se concentraron tanto que ni se dieron cuenta cuando ya había oscurecido.
Observó sus mensajes al tiempo que salía de la biblioteca, con intención de regresar a su dormitorio debajo de la pequeña llovizna que comenzaba a caer. Sin embargo, un texto de Kyle hizo que Dylan cambiara su rumbo repentinamente.
El chico le comentaba que los videos ahora los tenía Erick. Así, nada más «...se los di a tu novio». Dylan iba a preguntarle cómo era eso, ¿cuándo se habían visto? ¿por qué se los había dado a él y no al castaño en persona?
Tenía otros mensajes de sus amigos y de sus padres, pero ninguno de Erick. Sin embargo, sin importarle si el chico seguía molesto con él o no, decidió ir a buscarlo a su departamento.
Corrió hasta su auto, a sabiendas que existían riesgos de que este se descompusiera y tuviera que empujarlo por las calles, pero prefería arriesgarse a eso a tener que correr hasta el edificio de su novio con la inminente lluvia aproximándose. Para su escasa suerte, el auto no lo traicionó.
Cuando llegó al departamento, intentó tocar la puerta, a pesar de que sabía que su novio siempre la dejaba abierta, incluso luego de todas las reprimendas que le daba Dylan por ser demasiado confiado.
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Collide
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE THE CRASH Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...