Kyle
Los dos días siguientes habían pasado con suma tranquilidad. Kyle casi podía sentirse como en un día normal de lo que había sido su vida por el último año y medio. Lo cual agradeció, porque el drama de los días anteriores había sido como si todos los problemas que se mantuvieron a raya durante ese tiempo, por fin decidieran desbordarse sobre él como un río.
Aún no había hablado con Isaac sobre lo ocurrido. A pesar de que el chico les ofreció hacer algo un día de esos por la tarde, para compensar su semana desaparecido, seguía sin sentirse sin muchos ánimos. Y ellos, como siempre, no presionaron. Al menos no más de lo necesario, pero sí le hicieron prometer que se verían antes de terminar la semana.
El jueves por la mañana un hico había dejado su auto viejo en el taller, por lo cual Kyle supo que estaría trabajando la mayor parte del día. Como siempre, estaba distraído en su oficio y en la música que ahora no sabana en sus audífonos, sino que en las bocinas que caracterizaban su espacio de trabajo. No estaba muy fuerte, pero sí lo suficiente para no escuchar los pasos que se aproximaban por su espalda.
—¿Kyle?
A pesar de que lo había llamado con voz suave, este inmediatamente dio un salto por la sorpresa, sobre todo porque supo automáticamente a quién le pertenecía esa voz. Antes de volverse, respiró profundo disimuladamente. Sabía que iba a necesitar fuerzas solo para verlo a los ojos.
Dio media vuelta tranquilamente y, a pesar de que sabía que estaba ahí, su corazón no pudo evitar dar un vuelco por verdaderamente verlo ahí. Dylan estaba de pie frente a él. Su Dylan. Con aquellos ojos incluso más claros que la miel, su cabello castaño que le caía sobre la frente, sus pestañas tupidas y pómulos prominentes. ¿Quién diría que podría volver a admirar al chico así de cerca una vez más?
Pero tuvo que sacudir la cabeza un poco para salir de aquel encandilamiento.
«Ese ya no es mi Dylan» se reprendió a sí mismo.
—Carter —lo llamó con tranquilidad—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?
No era que estuviera molesto, para nada. De hecho, en cierta parte agradecía que hubiese sido el castaño quien lo encontró porque, a pesar de que Kyle sabía que debía hablar con él, no tenía fuerzas para ir a buscarlo a la universidad y esperar que por algún milagro este apareciera entre el montón de gente.
—Pues, aunque no lo creerás, mi compañero de habitación vino esta mañana y... me dijo que estabas aquí —dijo, claramente nervioso.
¿Su compañero de habitación fue quien le dio la pista de su paradero? ¿Eso quería decir que este sujeto sabía quién era Kyle? No sabía si sentirse emocionado o culpable, considerando que él no le había mencionado nada a sus dos amigos sobre Dylan, mientras que este aparentemente se lo mencionaba hasta a un chico que todavía no calificaba como «amigo».
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Collide
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE THE CRASH Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...