¿Qué me has hecho?

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Dylan 

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Dylan 

La luz de la luna entraba por la ventana abierta, iluminando tenuemente su habitación. Se encontraba con la mirada puesta en el techo, pero era imposible saber cuánto tiempo llevaba así. De cualquier modo, no le importaba. No le importaba estar tendido en la cama sin poder dormir, mientras que su novio estuviese a su lado.

Justo en ese momento, Kyle se movió entre las sábanas, dándose vuelta y buscando a Dylan en sueños. El chico de ojos verdes terminó recostarse en su pecho desnudo para abrazarlo por la cintura. El castaño sonrió, lo aceptó con todo el amor posible y con el corazón enternecido al saber que había sido un acto inconsciente. Llevó su mano a la espalda descubierta de su novio y comenzó a hacer movimientos suaves.

Primero trazó la longitud de su cicatriz con su índice, para luego solo ir dibujando líneas y otras figuras con las puntas de sus dedos, encontrándose con pequeñas imperfeccione que indicaban que ahí había otra pequeña cicatriz; pero Dylan las ignoró por completo. Además de eso, Kyle tenía una piel increíblemente suave y para él era simplemente perfecta.

No le importaba tener otro de sus episodios de insomnio, lo cierto era que podría quedarse ahí por horas sin aburrirse.

—¿Pasa algo, mi amor? —dijo Kyle con voz ronca, sobresaltándolo.

Aparentemente lo había despertado con sus movimientos. Tal vez debió ser más cuidadoso. Lo último que quería era que su chico se desvelara solo por él, porque sabía perfectamente que Kyle no regresaría a dormir si se daba cuenta que Dylan tampoco podía.

—¿Por qué preguntas? —utilizó un tono bastante suave, rehusándose a interrumpir esa calma que se había instalado en la habitación.

—Porque es pasada la media noche y sigues despierto —mientras hablaba, Kyle dejó su pecho solo para acomodar su rostro entre el hombro y el cuello del castaño. Dylan sintió la respiración del muchacho y una ola de calidez lo invadió. Llevó su mano al cabello de este y lo acarició con dulzura—. ¿Es el insomnio? ¿Quieres hablar un poco?

Volvió a sonreír, aprisionando al chico por completo entre sus brazos. La voz de Kyle evidenciaba claramente lo soñoliento que estaba y, aun así, le estaba ofreciendo charlar para pasar el rato.

—Note preocupes, mi vida, vuelve a dormir. —pidió, al tiempo que se inclinaba para darle un beso en el puente de la nariz.

Kyle obviamente no aceptó aquello y fue a acomodarse sobre el cuerpo de Dylan por completo. A pesar de que el peso del chico le quitaba un poco el aire, no se lo impidió. Le gustaba tenerlo así.

—Sabes que puedes decirme si no logras dormir, ¿verdad? —le dijo, mientras lo estrechaba más entre sus brazos, los cuales pasaban debajo de su espalda y acariciaba su rostro con la punta de su nariz.

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