Kyle
Apenas se había dado cuenta que el día se nubló por completo, amenazando con dejar caer su furia sobre la tierra. Apenas se había dado cuenta de nada, iba caminando como condenado a muerte, con la mirada baja, intentando no fijar sus ojos en la horca que esperaba atar un nudo en su cuello. A pesar de que el nudo en su garganta ya se había instalado desde que cruzó miradas con el castaño.
Recordó ir a traer sus compras a la abarrotería, en donde muy cordialmente se las habían guardado y él solo les agradeció, con un tono demasiado suave que dudó que lo hubiesen escuchado. Tras eso, siguió caminando con pesadez, intentando no pensar en absolutamente nada que no fuera darle órdenes a sus pies de que siguieran caminando. No sabía qué pasaría con él si dejaba que su cabeza fuera por otros caminos en ese momento.
Incluso ni siquiera se había percatado de que alguien gritaba su nombre, hasta que la dueña de la voz corrió el tramo que los separaba y se posicionaba al lado de Kyle, sin dejar de caminar.
—¿Tienes los audífonos invisibles puestos o qué? ¿Por qué no me esperaste cuando te llamé? —le preguntó inmediatamente la chica.
Kyle se volvió ligeramente a ella.
—¿Qué no tendrías que estar en clase? —habló con voz queda, pero no se volvió a ella.
—No, me dejaron salir antes —se encogió de hombros, algo que Kyle solo pudo afirmar por el movimiento que captó por el rabillo del ojo—. En unas semanas tenemos una presentación y algunos bailarines aún no alcanzan hacer la pirueta en el tiempo necesario.
Kyle no contestó y caminó un poco más rápido. Estaba ansioso por llegar a su apartamento, cerrar la puerta y no salir por varios días.
—Oye, dulce, ¿estás bien? —le preguntó de repente la chica. Él volvió a quedarse callado—. ¿Por qué luces como si acabaras de ver un fantasma?
Y, en ese momento, Kyle hizo lo que tanto había querido evitar: caer en la cuenta.
—Porque creo que lo hice.
Kyle estaba intentando con creces no desmoronarse en el suelo, a pesar de que quería hacerlo. Sin embargo, no entendía muy bien por qué quería o por qué se sentía como si sus piernas estuviesen por fallarle. Estaba alterado sí, pero, ¿era su corazón roto el que todavía tenía poder sobre él? ¿era la simple impresión de volver a ver al amor de su vida cuando creyó que no volvería a hacerlo? ¿Era el hecho de que ahora, el chico que había amado más que a nada en el mundo, parecía haberlo superado demasiado bien y se encontraba saliendo con un niño rico? Tal vez una combinación de todas y más.
Se encontraba observando por la ventana, hacia la acera, intentando calmar ese nudo que se le había formado en la garganta y que no parecía querer deshacerse, ahogándolo por completo. Mientras, su amiga Sally se encontraba esperando pacientemente en el sofá a que el chico finalmente reaccionara.
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Collide
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE THE CRASH Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...