SEGUNDA PARTE DE THE CRASH
Ha pasado un año y medio desde el incidente. Desde que estos dos chicos se vieron forzados a renunciar al otro. Dylan y Kyle intentan seguir con sus vidas separadas, a pesar de que en el fondo, el corazón de ambos sigue añ...
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Dylan
—¿Realmente tenías que invitarlo? —preguntó su novio cuando apenas habían puesto el auto en marcha.
—Sí, Erick —dijo con voz cansada, pues no era la primera vez que el rubio sacaba el tema—. Ya te dije que Kyle también era amigo de Baverly. Tenía derecho de estar aquí.
A pesar de lo que su novio creía, aquella decisión no fue fácil para Dylan. Era cierto que él había sido el de la idea al principio, dado que, durante una conversación con Trevor al planificaban el homenaje, había salido el tema de Kyle siendo alguien quien le tomó aprecio a su mejor amiga. Fue ahí cuando el castaño mencionó que tal vez sería bueno que tuviera un lugar en la ceremonia.
Había pasado casi un mes desde la última vez que vio a su exnovio y estaba completamente consciente de lo incómodo y, probablemente, problemático que sería volver a ponerse en contacto con él; mucho más el tenerlo cerca. Y a pesar de que su novio por un momento lo acusó de ser una excusa solo para verlo, Dylan sabía que era todo menos eso.
No le preguntó a Erick si le parecía bien, claro que no. A pesar de que estaban en una mejor posición que en el último tiempo y realmente le tenía aprecio a su opinión, nadie podía negar que el rubio no tenía mucho que decir en aquella situación. Era el homenaje de la mejor amiga de Dylan y Trevor, nadie tenía permitido interferir. Aunque sí debía admitir que tanto por la paz mental de Erick y su propia salud emocional, había pedido favor a su mejor amigo encargarse de los detalles. Aun así, su novio estaba descontento.
—Y si tanto derecho tenía de estar aquí, ¿en dónde estaba el año pasado para el primer homenaje? —siguió discutiendo el rubio—. Yo te acompañaba ese día, ¿recuerdas? Y estoy seguro que él no estaba en ningún lado.
—Porque hace un año no tenía ni la menor idea en dónde se encontraba Kyle —siguió argumentando, sin alterar ni un poco el sonido de su voz. Era cierto que se estaba irritando, pero realmente no tenía fuerzas para discutir—. Además, tampoco era como si pudiera contactarlo de un día para otro. Pero ahora que sé en dónde está y que hemos hablado, me pareció lo correcto.
Erick suspiró, molesto.
—Claro. Y él hizo lo correcto en estar acechándote todo el rato con su mirada... Si no fuera porque estaba yo ahí, seguramente hubiese aprovechado el momento para acercarse y tratar de convencerte que regreses con él.
—Erick, por favor, deja de atacarlo —continuó hablando, esperando que como mínimo su novio bajara un poco el tono molesto de su voz—. Kyle no es un monstruo manipulador. Tal vez tú no lo veas así, pero es respetuoso. Él no hubiera «aprovechado el momento» para crear alguna artimaña.
—¿Y encima lo estás defendiendo?
Dylan soltó todo el aire de sus pulmones, finalmente exasperado.
