3. Podemos hacerlo después de ducharme.

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Karol

Cuando regresé a casa, mamá estaba terminando de acomodar la última caja.

De por si la notica de mudarme a otro país me había sacado de onda, pero no me disgusto por completo.

En México pase los mejores años de mi vida, tenía a mis amigos. Dejar a Giovanna había sido lo más difícil. Esa chica había sido mi mejor amiga por años. Junto a ella y mi prima había pasado momentos inolvidables.

Recuerdo que cuando cumplí los dieciséis, habíamos pasado en su casa del árbol, bebimos y como sus padres no estaban, no había nadie que nos vigilara.

Al día siguiente amanecimos con una terrible resaca y con un tatuaje en el tobillo. Todas teníamos tres gaviotas pequeñas y debajo la inicial, diminuta, de cada una.

No sabíamos cómo fue que llegamos a un local de tatuajes pero si coincidimos en que había sido una muy buena locura.

Excepto por el regaño de nuestros padres que llego un mes después, al darse cuenta.

Como no todo es color rosa en la vida, mis buenos momentos tenían una diminuta manchita en el camino.

Esteban había sido mi pareja desde los quince, no le llamaba enamoramiento porque sinceramente no lo sentía así.

Llego a ser mi novio porque me había gustado y mucho, era buena persona, un poco intenso, pero en si sus intenciones no eran malas.

Para mí era un gusto mutuo, eso de enamorarme aun no lo había experimentado o talvez sí pero por el momento estaba bien así.

Un mes antes de venir hasta aquí, se lo había dicho a Esteban...

-Tengo algo que decirte.- trataba de decirle a mi novio mientras él llenaba mi mejilla de besos.

-En otro momento. Ahora solo quiero besar a mi chica.- intentó meter la mano por debajo de la falda que llevaba.

Últimamente estaba muy ansioso por tocarme.

Acción que había tolerado las dos primeras veces pero que ahora ya me estaba cansando.

Con las dos manos lo aleje con un empujón en el pecho.-Escucha. Me voy a Italia.- solté rápidamente.

Lo que paso después fue todo un show.

El pidiéndome explicaciones y yo solo diciéndole que mis padres encontraron un nuevo empleo por lo que debíamos partir y terminar nuestra relación.

¿Me dolía?

Sinceramente no mucho.

Osea yo lo quería, mas no me iba a morir sin él.

Por quien si había llorado una semana seguida había sido por Giovanna.

Los siguientes días habían sido intensos.

Ruegos por parte de Esteban.

Dramas de mis demás amigos y compañeros.

Mi celular suena por cuarta vez en el día.

Contesto sin ver la pantalla porque sabía bien quien era- Por milésima vez Esteban, o me dejas de llamar, o te bloqueo. Tu insistencia por explicaciones sin sentido me tiene harta.- exclamo enojada.

-Pero que humor te manejas.- escucho la risa de Gio.

-Ay, perdóname amiga, no era para ti.- contesto apenada.

-Por lo que oí, Esteban sigue de rogón.- dice en un tono burlesco.

Me siento en mi cama y juego con las puntas de mi cabello.- No se valora ni acepta la realidad. Por favor, consíguele una novia.

Little WishesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora