Ruggero
Han pasado dos semanas desde la final en Roma y mi acercamiento con Karol.
Después de nuestra conversación nos quedamos en completo silencio hasta que un mensaje me llegó, diciendo que nos estaban buscando.
Ella fue la primera en levantarse y encontrarse con los demás.
Voy a poner el contexto de lo que ha pasado con los demás.
Agus y Valentina formalizaron.
Jorge sigue solo.
Sorprendimos a Julio y Laura detrás de los arbustos.
Christian sigue solo.
Montse les hace compañía.
Horriblemente, Pierre sigue en el Instituto.
Ah, y también ellos formalizaron.
A Y E R
HACE VEINTICUATRO HORAS.
De mí no hay mucho que contar. Lo único que me preocupa es que no he salido con nadie hace varias semanas. Estoy perdiendo mi toque.
Mamá me jalaría la oreja por lo que estoy pensando.
En fin, estábamos en hora de entrenamiento. En unos días tendríamos un juego amistoso con otro Instituto de la zona.
A lo lejos puedo ver como la profesora de deporte hace correr a mis demás compañeras.
Por más que lo he intentado es imposible no verla. Su cara esta roja por completo y algunos mechones se le pegan en las mejillas.
—Hemos terminado por hoy señores. Vayan a ducharse y directo a casa.
Bebo de mi botella de agua mientras la sigo observando.
En dos semanas más es mi cumpleaños y a mí solo se me antoja un solo regalo.
¿Será que la mexicana me quiere regalar un día? ¿Una sola salida?
No sé porque me detesta.
No le hice nada.
La profesora indica que ellas también terminaron y pueden retirarse.
—Odio el deporte.
Valentina viene directo por su botella de agua.
Todas hacen lo mismo y una fea sensación se concentra en mi estómago cuando veo al francés de cuarta acercarse a su novia, y brindarle una botella con agua mientras acaricia su mejilla.
Doy media vuelta dispuesto a irme, no sé porque mierda me tengo que quedar a ver tales demostraciones de afecto.
—¡Hey!
Un llamado me detiene.
—Hola Leticia.
La pelinegra sonríe y sin previo aviso se cuelga de mi brazo.—¿Me acompañas a mi casa?
Sonríe a más no poder.
He salido con ella una vez, creo.
No tengo nada más que hacer, así que asiento y empezamos a caminar.
Ella comienza a platicar sobre como eligió teñirse de negro el cabello y yo no hago nada más que asentir.
Será un largo camino.
Karol
Tengo novio.
Dios mío.
Unas semanas en un nuevo país me habían bastado para tener un novio que ni siquiera es de aquí.
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Little Wishes
FanfictionDebí cumplir todos sus deseos... Y nunca haber dejado que se vaya.