23. Nunca termine

206 21 8
                                    

Ruggero 

Sentir sus labios sobre los míos es lo mejor de mi día.

Y es que ahora saber que es mi novia me hace sentir demasiado bien. Tantas trabas que le puse para que al final ahora esté besándola, sin importarme las personas que están a mi alrededor, dispuesto a ir a ese partido y dedicarle mi triunfo.

—Más te vale ganar, Ruggero.

Eso es otra cosa. Ahora me llama por mi nombre y solo cuando la molesto reacciona con mi apellido.

Ayer cumplimos un mes de ser novios.

¿Lo celebramos?

Sí que mi familia y la de ella se enteraran y se unieran para hacer un almuerzo es celebrar, pues sí, lo hicimos.

Mi mamá y la suya adoran eso de ser mejores amigas y que sus hijos sean novios.

Claro que les íbamos a contar pero mi hermano y Montse se nos adelantaron.

—Si besos como estos serán mi premio, encantado.

Solo ríe y dejo un beso suave en sus labios para correr hacia los demás.

El partido de hoy define si pasamos directamente a semifinales para el partido de febrero, en caso de perder, deberíamos jugar otro más y ahí se definiría todo.

El frío es increíble, por eso me aseguré de que Karol se cierre bien mi chaqueta. La niña dejó la suya en el auto de su mamá. Las vacaciones en el instituto habían empezado ayer ya que en pocos días será navidad. Regresaremos en la segunda semana de enero.

El entrenador nos da unos últimos consejos antes de empezar.

El silbato suena y el juego empieza.

Trato de enfocarme porque quiero pasar directo a la semifinal. Lo merecemos. Hemos entrenado mucho para esto.

Sin embargo, este equipo es muy bueno y va tras el mismo objetivo. Termina el primer tiempo y el marcado sigue cero a cero.

Frustrado me acerco a beber agua.

—Son muy buenos.

—Ya sé.

Me enoja. Claro que lo hace.

—Pierre, quiero que pases a la posición de Alexander.

Levanto mi cabeza enseguida. No habíamos quedado en eso.

—Pero entrenador...

Mi amigo intenta hablar pero no lo dejan.

—Ferri, me sirves mejor como volante.— enseguida se gira hacia mi.—Sé que estoy cambiando la estrategia pero los estoy observando y necesitamos probar esto.

Asiento a lo que dice. Es el entrenador y sabe lo que hace. Aunque esto evidentemente nunca quedo como una posible estrategia. Se supone que todos mantendríamos la misma posición.

Regresamos a la cancha y trato de que mi comunicación con Pierre funcione. Es raro porque es el ex de mi novia y aunque sé que está en una posible relación, aun no nos podemos llevar de lo mejor. Solo que ahora evitamos enfrentamientos de cualquier tipo.

Pasan los minutos y eso solo hace que el marcador demuestre un empate. Me estoy sintiendo culpable porque he dejado pasar la oportunidad de marcar el gol de diferencia pero juro que lo intenté.

Quien reconozco como Lombardo, según su camiseta, se me adelanta y reacciono tarde a la señal de Pierre. No puedo hacerle frente o quitársela. Antes termino enredándome con los de mi equipo, sintiendo algo leve en mi tobillo pero sin prestarle atención. Solo que haga lo que haga, no puedo evitar que el número diez meta ese anhelado gol.

Little WishesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora